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Bogotá (Agencia Fides) - “Evangelización e Iniciación Cristiana” es el tema de la LXXVII Asamblea Plenaria del episcopado colombiano, que se abrió ayer, 5 de julio, en la sede de la Conferencia Episcopal en Bogotá. El Card. Pedro Rubiano Sáenz, Arzobispo de Bogotá y Presidente de la Conferencia Episcopal, en su discurso de abertura subrayó que los Obispos, como Pastores del Pueblo de Dios, tienen "el deber de escudriñar los signos de los tiempos en la realidad del país y estar atentos para iluminar, a partir de la fe, las situaciones que vive el pueblo de Dios. Este deber obliga a investigar y analizar las causas de los principales problemas y desafíos que los colombianos tienen que afrontar hoy". En esta perspectiva, los Obispos dedican amplio espacio a analizar, estudiar, localizar las causas que han engendrado la separación entre vida y fe, y por lo tanto, a delinear las oportunas estrategias pastorales para afrontarla. Los estudiosos del comportamiento humano aportan las más diversas hipótesis para explicar y justificar este divorcio, "la Iglesia tiene la certeza que el alejamiento de Dios lleva a la incoherencia y a la rotura entre vida y fe."
Recordando la exhortación de Juan Pablo II a los Obispos colombianos, con ocasión de su reciente visita "Ad limina apostolorum", de poner la evangelización como prioridad principal, el Card. Rubiano ha reafirmado que en una nación como la colombiana, dónde se vive desde hace años un conflicto interior que causa muchas víctimas inocentes y que engendra pobreza, inseguridad y perjudica la capacidad de desarrollo integral, la acción evangelizadora prioritaria de la Iglesia está orientada a promover la paz y la reconciliación. De este modo contribuye a edificar la sociedad sobre los sólidos principios cristianos de la verdad, de la justicia, del amor y de la libertad, promoviendo el perdón que nace del sincero deseo de reconciliación con Dios y con los hermanos. En efecto "los altos índices de credibilidad que el pueblo tiene hacia los Obispos, son consecuencia de la firmeza del anuncio del Evangelio y el compromiso de la Iglesia, desinteresado y transparente, al servicio de la persona humana, del bien común y del País" añadió el Purpurado.
El Presidente de la Conferencia Episcopal afirmó que la palabra que mejor define la situación del país es "conflicto" (= violencia, terrorismo, exclusión, emigración forzada, corrupción, narcotráfico, pobreza, paro). A esta situación la Asamblea Plenaria reserva un espacio privilegiado, para realizar un análisis conjunto y "para poder ofrecer orientaciones que, a la luz del Evangelio, faciliten la construcción de una sociedad solidaria y fraterna, capaz de contribuir a la solución de los conflictos para conseguir la paz con la justicia social."
Entre las cuestiones que según el episcopado colombiano son básicas para la reconciliación y la paz y sobre las que la Iglesia está trabajando, el Card. Rubiano ha citado: Paz negociada entre las partes en conflicto; Acuerdo humanitario para la liberación de los civiles que están en manos de los FARC, que no debe confundirse con un intercambio de prisioneros, como propone la guerrilla; Emigración forzada, empobrecimiento y paro son los problemas que se están agudizando cada vez más. Ya hace diez años, en 1994, los desplazados provenientes de las zonas rurales eran cerca de 600.000, hoy se calcula que cerca de 2 millones de personas entran en los mecanismos de protección del Estado. Más de 36.000 se han amparado regularmente en otras naciones, y cerca de 40.000 están en lista de espera. Frente a una minoría económicamente acomodada, millones de hombres y mujeres se ven excluidos de los beneficios sociales. (R.Z) (Agencia Fides 6/7/2004; Líneas: 45 Palabras: 650)
