ÁFRICA - Los recursos minerales africanos valen 46.200 millones de dólares; con el 12% de esta cantidad, África podría financiar la construcción de infraestructuras de nivel europeo.

lunes, 26 octubre 2009

Roma (Agencia Fides) - "la tierra es un precioso don de Dios a la humanidad. Los Padres sinodales dieron gracias a Dios por los abundantes recursos naturales de África. Sin embargo, afirmaron que los pueblos de África, en vez de aprovecharlos como bendición y fuente de un desarrollo auténtico, son víctimas de una mala gestión pública de parte de las autoridades locales y de la explotación de parte de poderes extranjeros" son las palabras que se pueden leer en el Elenco final de las proposiciones de la Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos entregada al Papa. Pero, ¿cuánto valen los recursos africanos? Según David Beylard, un estudioso congoleño que ha publicado una encuesta en "Les Afriques”(una revista económica panafricana), el valor de las riquezas africanas equivale a 46.200 millones de dólares. "El valor financiero de los yacimientos africanos de materia prima, descubiertos hasta el momento, es de ¡46.200 millones de dólares! ¿Por qué África no logran explotar una riqueza que equivale a 13 veces los ingresos anuales de toda China? Un patrimonio más que suficiente para transformar el continente en una de las primeras potencias mundiales" escribe Beylard. Con el 12% de esta cantidad África podría financiar la construcción de infraestructuras de nivel europeo.
Una de las causas de la falta de desarrollo en África es el modelo económico fundado sobre la finanza especulativa. Según el investigador, "algunas sociedades mineras sin medios adecuados, a veces incluso sin personal, ni oficinas, pertenecientes a accionistas anónimos, registrados en paraísos fiscales, logran a través de promesas y montajes, convencer a los gobiernos africanos de confiarles sus enormes concesiones mineras. Una vez firmado el contrato, estas sociedades se lanzan a bolsas poco reglamentadas, comúnmente la de Canadá, para explotar sus títulos en África y acumular todas las ganancias que puedan, incluso antes de que un sólo gramo de mineral haya sido extraído de la concesión que han recibido por encargo".
En la práctica, se crea en el papel una riqueza garantizada por los recursos africanos, sin que estos vengan realmente explotados y, sobre todo, sin que aporten reales beneficios a los africanos. Una situación escandalosa si se piensa que el sistema financiero internacional continúa exigiendo el pago de los intereses sobre los préstamos contraídos por los países africanos. "¿Por qué se le otorga tan poco crédito al África, que dispone de un patrimonio de recursos naturales gigantesco, capaz de asegurar la solvencia mucho más allá de sus propias necesidades; mientras que el sistema financiero internacional acepta invertir en sociedades occidentales, anónimas, oscuras, que no tienen mayores habilidades ni capital, sobre la sola garantía de un contrato africano?" se pregunta Beylard.
Según un estudio efectuado en una sociedad de consulta especializada en inversiones en África, en el continente existen 10 millones de yacimientos de materias primas (entre tierra firma y en el mar) pero sólo 100 mil son explotados. Nueve millones 900.000 yacimientos, es decir el 90% del total, no son aprovechados. Incluso son conocidos y están ya catalogados en un banco de datos, que usa la tecnología satelital e informática más avanzada. La situación podría cambiar gracias al "hambre" de energía y de materia prima de los países asiáticos. Sin embargo, es necesario estar muy atentos para que no se asista a una nueva "conquista del África", de parte de las grandes y medianas potencias, con el riesgo de provocar nuevas guerras por el control de los recursos estratégicos. "Hoy existe una estrecha conexión entre la explotación de los recursos naturales, el tráfico de armas y la inseguridad deliberadamente mantenida" afirman los Padres Sinodales. "Pedimos a las instituciones de la Iglesia que trabajan en esas naciones que presionen con el objetivo de obtener que aquellas poblaciones gestionen sus propios recursos naturales. Por su parte, la Iglesia buscará instituir en las diversas naciones del continente una mesa de monitoreo de la gestión de los recursos naturales" (L.M.) (Agencia Fides 26/10/2006 líneas 42, palabras 645)


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