VATICANO - “África no es impotente. Nuestro destino todavía está en nuestras manos. África ya se ha puesto en movimiento y la Iglesia se mueve con ella, ofreciéndole la luz del Evangelio”: El Mensaje al Pueblo de Dios como conclusión de la II Asamblea Especial para el África del Sínodo de los Obispos

sábado, 24 octubre 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – En la 18º Congregación General, realizada el 23 de octubre, los Padres Sinodales aprobaron el Mensaje conclusivo de la II Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos. El texto publicado, en una versión no definida, está actualizado en 7 partes, más la introducción y la conclusión. A continuación ofrecemos una síntesis realizada por Fides

Misioneros de África y para África, la Pontificia Obra de la Infancia Misionera
“La Iglesia en África da gracias a Dios por sus numerosos hijos e hijas que son misioneros en otros continentes. En este santo intercambio de dones, es importante que todas las partes implicadas continúen trabajando para construir una relación cristiana transparente, correcta, digna” (n. 12). Además el Sínodo expresa “su profundo reconocimiento por los muchos misioneros, sacerdotes, religiosos y fieles laicos que, procedentes de otros continentes, han traído la fe a la mayor parte de los países de África, muchos de los cuales todavía están trabajando con celo y entrega heroica. Gracias, de forma especial, a los que han permanecido con sus gentes también en tiempos de guerra y de graves crisis. Algunos han pagado su fidelidad incluso con la propia vida” (n. 13). “El Sínodo no se ha olvidado de vosotros, queridos niños. Sois siempre objeto de nuestro tierno interés. Pero reconocemos y deseamos valorizar vuestro entusiasmo y compromiso como fuerzas activas de evangelización, especialmente entre vuestros coetáneos. A vosotros también se os debe asegurar un espacio adecuado, medios y dirección para habilitaros al apostolado. Os recomendamos especialmente la organización para niños de las Obras Pontificias Misioneras: la Obra de la Santa Infancia” (n. 28).

Muchas buenas noticias, aunque en los medios prevalezcan las negativas
En la Introducción del Mensaje se da gracias a Dios por la convocatoria de la Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de Obispos. Citando las palabras del Papa Benedicto, quien ha afirmado que el Sínodo “no es ante todo una sesión de estudio. Más bien es la iniciativa de Dios la que nos invita a escuchar” los Padres Sinodales piden a toda la Iglesia en África y a cualquiera que ha abierto su corazón a Dios.
En la primera parte, titulada “Una mirada a África de hoy”, se destaca que “es rica en recursos humanos y naturales, pero muchos en nuestro pueblo se debaten en medio de la pobreza y la miseria, de guerras y conflictos, entre crisis y caos. Muy raramente todo esto es causado por desastres naturales. Se debe, más bien y en gran medida, a decisiones y acciones humanas de personas que no tienen ninguna consideración por el bien común, y esto, con frecuencia, debido a la trágica complicidad y conspiración criminal entre responsables locales e intereses extranjeros”.
Sin embargo África es alentada a “no desesperar”, ya que “cuanto existen muchas noticias positivas en diversas partes de África” aún si los medios de comunicación moderna “prefieren, con frecuencia, las malas noticias y parecen concentrarse solamente en nuestras desgracias y defectos, y no en los esfuerzos positivos que estamos realizando”.

África a la luz de la fe
“Nuestro oficio de Obispos nos obliga a considerar cada cosa bajo la luz de la fe” continúa el texto en la segunda parte, recordando que “la iniciativa para toda reconciliación y paz proviene de Dios”.
El Apóstol Pablo afirma que Dios “nos confía la palabra de la reconciliación”, por ello “la Iglesia en África, ya sea como familia de Dios que como cada uno de sus fieles, tiene el deber de ser instrumento de paz y reconciliación, según el corazón de Cristo… Y será capaz de realizar esto en la medida en que ella misma esté reconciliada con Dios”. Los Padres Sinodales invitan por ello “a todos a dejarse reconciliar por Dios” ya que ello “abre el camino a la verdadera reconciliación entre las personas. Y es esto lo que puede quebrar el círculo vicioso de la ofensa, de la venganza y del contraataque. En todo esto, la virtud del perdón es decisiva, incluso antes de cualquier admisión de culpa… El verdadero perdón promueve la justicia del arrepentimiento y de la reparación, que conducen a una paz que llega a las raíces del conflicto y que transforman a quienes eran víctimas y enemigos, en amigos, hermanos y hermanas”.

África en el contexto Universal
En la tercera parte, dedicada “A la Iglesia Universal”, se agradece al Santo Padre “por su cercanía a África, con sus esfuerzos y con la defensa que de ella realiza, con todo el peso de su gran autoridad moral”. Luego se citan con gratitud las numerosas iniciativas de la Santa Sede “que tienden al desarrollo y al bienestar de África” y también “los grandes servicios que prestan los representantes pontificios”. El “vínculo especial histórico entre Europa y América” debe ser reforzado y profundizado, mientras se acogen con alegría “las emergentes relaciones fraternas entre la Iglesia en África y la Iglesia en América”. Muchos hijos e hijas de África buscan asilo en otros continentes. “Muchos de ellos están bien y contribuyen válidamente al desarrollo de sus nuevos países de residencia. Otros luchan por sobrevivir. Encomendamos a todos ellos a la adecuada atención pastoral de la Iglesia, Familia de Dios, allí donde se encuentren”.

Continuar vigorosamente la proclamación del Evangelio a los pueblos de África
La cuarta parte, la más amplia, está dedicada a la Iglesia en África, y recuerda “con justo orgullo, que el Cristianismo está presente en África desde sus inicios”, y “esta antigua Iglesia ha enriquecido la Iglesia universal con prestigiosas tradiciones, teológicas y espirituales, con famosos santos y mártires”. Las Iglesias de Egipto y Etiopía, “que han sobrevivido a numerosas pruebas y persecuciones, merecen una alta consideración y una colaboración más estrecha con las Iglesias, mucho más jóvenes, en el resto del continente. La Iglesia, formada en estos lugares, sobre todo por extranjeros, cuenta con la solidaridad de las Iglesias hermanas de África para que envíen sacerdotes Fidei Donum y otros misioneros”.
“Estamos convencidos que el primer y específico aporte de la Iglesia a los pueblos africanos es la proclamación del Evangelio. Por ello nos empeñamos en continuar vigorosamente la proclamación del Evangelio a los pueblos de África”.
“Muchos de los problemas del África, y muchas de las presiones sobre África, se encuentra también en Asia y América Latina. Creemos que tenemos aún mucho por ganar, no solo intercambiando informaciones sino también colaborando”.
Tenemos muchas razones para creer que las invitaciones de muchos Padres sinodales para un mayor empeño del SECAM no han caído en la nada… La Confederación de las Conferencias de Superiores Mayores de África y Madagascar (COSMAM), está creciendo gradualmente para ser un instrumento efectivo para promover en el continente una solidaridad pastoral orgánica en la vida y en el apostolado de los religiosos en África”.
“La unidad del episcopado es fuente de gran fuerza, mientras su ausencia desgasta energías, hace vanos los esfuerzos y abre un espacio a los enemigos de la Iglesia para neutralizar nuestro testimonio. Un área importante donde tal cooperación nacional y cohesión son muy útiles es el de los medios de comunicación. Cuando Ecclesia in Africa fue publicada, hubo una verdadera explosión de estaciones de radios católicas, pasando de 15 en 1993 a las más de 163 de hoy en día en 32 países. Felicitamos a aquellos países que han alentado este desarrollo. Invitamos a aquellos que tienen aún reservas sobre esto que reconsideren sus políticas, por el bien de sus países y de su gente”.
“Tenemos que continuar trabajando duro en la formación de las conciencias y cambiar los corazones mediante una catequesis eficaz en todo nivel. Necesitamos organizar un programa de formación continua para todos nuestros fieles, especialmente aquellos que están en altas posiciones de autoridad. Nuestras diócesis deben ser modelos de buen gobierno, de transparencia y de buena gestión financiera. Debemos continuar a hacer todo lo que podamos para combatir la pobreza, grande obstáculo para la paz y la reconciliación”.
“En este Año Sacerdotal, queridos hermanos en el sacerdocio, nos dirigimos a vosotros en modo especial: ocupáis una posición clave en el apostolado de la diócesis. Representáis para la gente el rostro más visible del clero, tanto al interior como al exterior de la Iglesia. Vuestro ejemplo de vida fraterna y en paz, superando barreras tribales y raciales, puede ser un potente testimonio para los otros… Muchos de vosotros han dejado el África para la misión en otros continentes. Cuando trabajáis con respeto y orden, dais una buena imagen del África. El sínodo felicita vuestro empeño en la obra misionera de la Iglesia”.
“Queridos hombres y mujeres de vida consagrada. El Sínodo os exhorta a dar máxima eficiencia vuestro apostolado mediante la comunión leal y comprometida con la jerarquía local. El sínodo felicita especialmente a vosotros, religiosas, por la dedicación y el celo en vuestro apostolado en el campo de la sanidad, de la educación y de otros aspectos del desarrollo humano”.
“Este Sínodo se dirige con profundo afecto a los fieles laicos del África. Sois la Iglesia de Dios en los lugares públicos de la sociedad… Compartís el envió de la Iglesia a ser “embajadores por Cristo” comprometidos en la reconciliación del pueblo con Dios y entre sus miembros. Esto exige que dejéis que vuestra fe modele todo aspecto y ángulo de vuestra vida … Además de la oración, os debéis armar con un conocimiento suficiente de la fe cristiana para ser capaces de “dar prueba de la esperanza que está en vosotros” (1 Pt 3,15) en lugares públicos donde se forman las ideas. Aquellos que entre vosotros estáis más en alto, tenéis el deber de adquirir un nivel proporcional de cultura religiosa”.
“El África necesita de santos en relevantes oficinas políticas: políticos sangos que liberen el continente de la corrupción, que trabajarán por el bien de la gente y que sabrán como testimoniar a otros hombres y mujeres de buena voluntad fuera de la Iglesia para que se unan contra los males comunes que amenazan nuestras naciones”.
“Dirijamos ahora la atención a nuestras familias católicas en África. Las felicitamos por haber permanecido tenazmente fieles a los ideales de la familia cristiana y por haber conservado los mejores valores de nuestra familia africana. Os advertimos contra los ataques de venenosas ideologías provenientes del extranjero, que pretende ser cultura ‘moderna’”.
“El Sínodo se dirige también en modo especial a vosotras mujeres católicas. Sois la espina dorsal de nuestra Iglesia local… el aporte específico de las mujeres debería ser reconocido y promovido, no solo en el hogar como mujeres y madres, sino también en la esfera social. El Sínodo recomienda a nuestras Iglesias locales que creen estructuras concretas para asegurar la real participación de las mujeres ‘a niveles apropiados’ … Les encargamos, mujeres católicas, que estén plenamente involucradas en los programas para las mujeres de vuestros países, con los ojos de la fe bien abiertos, armadas con una buena información y con la doctrina social de la Iglesia, de modo que las buenas ideas no sean distorsionadas por los promulgadores de ideologías extranjeras y moralmente venenosas en referencia al género y a la sexualidad humana”.
“El Sínodo les pide, queridos hombres católicos, realizar vuestros importantes roles de padres responsables y maridos rectos y fieles… organizaos en asociaciones y en grupos de Acción Católica que os hagan capaces de mejorar la calidad de la vida cristiana y el empeño por la Iglesia”.
“En fin, nos dirigimos a vosotros, hijos e hijas, jóvenes de nuestra comunidad. Sois no solamente el futuro de la Iglesia: sois ya el presenta en gran número. En muchos países del África más del 60% de la población está por debajo de los 25 años. Este porcentaje no debería variar mucho en la Iglesia. Vosotros debéis ser instrumentos de paz y a la vanguardia de un cambio social positivo… Exhortamos a todas las Iglesias locales a considerar el apostolado de los jóvenes como una alta prioridad”.

Tratad a África con respeto y dignidad
La quinta parte del Mensaje está constituida por un llamado a la Comunidad Internacional. El Sínodo aún alabando el trabajo positivo que están llevando a cabo las Agencias de la ONU, les pide sin embargo “que sean más coherentes y transparentes a la hora de hacer sus programas... En particular el Sínodo denuncia todos los intentos furtivos de destruir y eliminar los ricos valores africanos de la familia y de la vida humana”. “La Iglesia ha estado siempre en primera línea en la lucha contra el HIV/SIDA y en el cuidado de las personas infectadas y contagiadas por el mismo... Con el Santo Padre Benedicto XVI, este Sínodo advierte que el problema no puede ser superado con la distribución de profilácticos. Pedimos a todos los que estén verdaderamente interesados en detener la transmisión sexual del HIV/SIDA que reconozcan el éxito obtenido por los programas que aconsejan la abstinencia entre los no casados y la fidelidad entre los casados”. “A los grandes poderes de este mundo les dirigimos una súplica: tratad África con respeto y dignidad. África desde hace tiempo reclama un cambio en el orden económico mundial en cuanto a las estructuras injustas acumuladas que pesan sobre ella... Pero sería una tragedia si las modificaciones se hicieran sólo en interés de los ricos y una vez más en perjuicio de los pobres”.

África, ¡Levántate!
Aún contando con “una larga historia de grandes imperios y de civilizaciones ilustres”, según los índices internacionales del desarrollo material, “los países de África ocupan muchas veces los últimos lugares... Existen graves actos de injusticia histórica, como la trata de esclavos y el colonialismo, cuyas consecuencias negativas todavía persisten... De hecho, muchas cosas están sucediendo. Elogiamos los esfuerzos para liberar África de la alienación cultural y de la esclavitud política. Ahora África debe afrontar el desafío de ofrecer a sus propios hijos un nivel digno en sus condiciones de vida”
A nivel político se pueden constatar progresos en la integración continental: la Organización para la Unidad Africana (OAU) que ahora es la Unión Africana (AU), a nivel económico en África ha surgido una estructura estratégica para el desarrollo llamada NEPAD (Nuevo Partenariado económico para el Desarrollo Africano). Ha previsto también un APRM (African Peer Review Mechanism) para su seguimiento y control de su puesta en práctica por parte de varios países. “El Sínodo elogia estos esfuerzos ya que dichos programas relacionan de manera clara la emancipación económica de África con el establecimiento de un buen gobierno. Por desgracia aquí está el punto muerto. Para la mayoría de los países africanos, los bellos documentos de la NEPAD siguen siendo letra muerta”.
“El Sínodo felicita calurosamente a aquellos países africanos que han emprendido el camino de una verdadera democracia... Esperamos que el buen ejemplo impulse a los demás para que cambien sus malas costumbres”. Entre las situaciones que más bien causan tristeza, el Mensaje cita los casos de Somalia, la región de los Grandes Lagos, la crisis en Uganda septentrional, en el Sudán meridional, en Darfur, en Guinea Conakry y en otros lugares. “En la mayor parte de los casos, estamos ante la avidez del poder y de la riqueza, en desmedro de la población y la nación... La consecuencia negativa de todo esto está a la vista del mundo entero: pobreza, miseria y enfermedades; refugiados dentro y fuera del país y en ultramar, la búsqueda de praderas más verdes lleva a la fuga de cerebros, emigración clandestina y tráfico de seres humanos, guerras y derramamiento de sangre, frecuentemente hechos por encargo, la atrocidad de los niños soldados y la indecible violencia hacia las mujeres”.

Unir las fuerzas espirituales
“El Sínodo, determinado a preservar nuestro patrimonio espiritual de todos los ataques e infecciones, nos invita a una colaboración ecuménica cada vez mayor con nuestros hermanos y hermanas de las otras tradiciones cristianas. Deseamos también que haya más diálogo y cooperación con los musulmanes y los seguidores de la Religión Tradicional Africana (RTA) y con las personas de otras creencias”.
“El fanatismo religioso se está difundiendo en todo el mundo. Lleva a la ruina muchas regiones de África... El Sínodo ha escuchado el testimonio de muchos padres sinodales que han recorrido con éxito el camino del diálogo con los musulmanes. Han dado testimonio del hecho que el diálogo es eficaz y que la colaboración es posible y también muchas veces eficaz... Trabajando sobre los diferentes valores que comparten los dos credos, musulmanes y cristianos, pueden dar un gran aporte para restablecer la paz y la reconciliación en nuestras naciones”.
“La libertad de religión comprende también la libertad de compartir la propia fe, de proponerla y no de imponerla, de aceptar y acoger a aquellos que se convierten. Las naciones que por ley les prohíben a sus ciudadanos que abracen la fe cristiana, les privan del derecho humano fundamental a decidir libremente sobre el credo que quieren abrazar. Si bien esto se da desde hace mucho tiempo, es hora de revisar dicha situación, a la luz del respeto de los derechos humanos fundamentales”.

África no es impotente. Nuestro destino todavía está en nuestras manos.
En la conclusión el Mensaje, dirigiéndose a todos los miembros de la Iglesia, Familia de Dios en África, afirma la fuerte convicción de este Sínodo: “África no es impotente. Nuestro destino todavía está en nuestras manos. Todo lo que ella pide no es más que el espacio para respirar y prosperar. África ya se ha puesto en movimiento y la Iglesia se mueve con ella, ofreciéndole la luz del Evangelio. Las aguas pueden estar agitadas, pero con la mirada orientada a Cristo Señor (cfr. Mt 14, 28-32) llegaremos seguros al puerto de la reconciliación, de la justicia y de la paz”.


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