VATICANO - Los Padres Sinodales expresan “la más viva comunión fraterna” con los Obispos de las Diócesis en la región de los Grandes Lagos por los “sufrimientos inhumanos” que padece la población inocente, “implorando que cuanto antes el lenguaje de las armas sea sustituido por el del diálogo y las tratativas”

miércoles, 21 octubre 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Los Padres Sinodales han enviado una carta a los Presidentes de las Conferencias Episcopales de Sudán, Uganda, Chad, República Democrática del Congo y República Centroafricana, firmada por los tres Presidentes Delegados y por el Secretario General del Sínodo de los Obispos, en el que expresan su solidaridad con las diócesis ubicadas en la región de los Grandes Lagos, por las violencias y las acciones bélicas que afectan a la población inocente. Este es el texto de la Carta, que lleva la fecha del 20 de octubre de 2009:
“Nosotros Padres sinodales, reunidos en la Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos, hemos escuchado con profundo dolor que en las Diócesis situadas en la región de los Grandes Lagos perduran acciones bélicas que producen destrucción, violencias, muerte entre la población inocente. Para salvar la propia vida, cientos de miles de personas han sido obligadas a abandonar sus propias casas y refugiarse en los países limítrofes en condiciones de extrema precariedad. No faltan, además, fenómenos preocupantes de niños soldado, huérfanos, mutilados de guerra y personas con graves problemas de salud física y psíquica.
Frente a esta dramática situación, nosotros Padres sinodales, reunidos bajo la presidencia del Santo Padre Benedicto XVI, expresamos la más viva comunión fraterna a los obispos de las diócesis involucradas en tales inhumanos sufrimientos, padecidos por la población inocente. Al mismo tiempo, nos dirigimos a todas las partes involucradas para implorarles que, cuanto antes, el lenguaje de las armas sea sustituido por el del diálogo y de las negociaciones. Con el diálogo, en el respeto recíproco y en la paz, todos los problemas se pueden resolver. La guerra, en cambio, hace que todo sea más difícil y en particular trata de transformar a los hermanos en enemigos que hay que eliminar.
Fortalecidos por el Espíritu Santo, Espíritu del Señor Jesús resucitado, nosotros los padres sinodales confirmamos el valor sacro de cada vida humana. El mandamiento ‘no matarás’ (Ex 20,13) no forma parte solamente del Decálogo, revelación de Dios recogida en la Biblia, sino de la ley inscripta en el corazón de cada hombre que llega a este mundo. No es lícito matar inocentes por cualquier motivo social, político, étnico, racial o religioso. La sangre de los inocentes grita a la venganza frente a Dios que, tarde o temprano, deberá juzgar también a aquellos que han manchado sus manos con la sangre de los pobres, que son los privilegiados de Dios.
Mientras estamos reflexionando sobre la reconciliación, la justicia y la paz, imploramos, por la intercesión de todos los santos nacidos en África, el don de la paz para que se pueda instaurar la justicia allí donde ha sido gravemente ultrajada y los corazones se abran a la gracia de la reconciliación con Dios y con el prójimo, no solamente en la región de los Grandes Lagos, sino en toda África.
Confiamos nuestro llamamiento sufriente y urgente a la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, Nuestra Señora de África y Madre de todos los que sufren”. (S.L.) (Agencia Fides 21/10/2009; líneas 35 palabras 515)


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