ÁFRICA/CONGO RD - “¿Se quiere advertir de algo a la Iglesia?” se pregunta un misionero del este del Congo tras los nuevos ataques a estructuras eclesiales

viernes, 9 octubre 2009

Kinshasa (Agencia Fides)- “¿Se quiere advertir de algo a la Iglesia? Es la pregunta que se hace en un coloquio con Fides un misionero del sur de Kivu, al este de la República Democrática del Congo, de quien por motivos de seguridad no publicamos el nombre, tras el ataque realizado entre el 5 y el 6 de octubre contra el convento de los hermanos maristas de Nyangezi, 25 quilómetros al sur de Bukavu, y contra el dormitorio escolástico del instituto Weza dirigido por los religiosos.
“Se trata del mismo grupo armado que asaltó la parroquia Ciherano, en la noche entre el 2 y el 3 de octubre (ver Fides 5/10/2009), porque las dos localidades están cerca”, afirma la fuente. “No creo que se trata de simple vandalismo, sino que estos actos de violencia esconden motivaciones políticas y tal vez también ideológicas. Me pregunto si con estas acciones no se quiere lanzar una advertencia a la Iglesia católica, que es un testigo incómodo de aquello que está sucediendo en esta parte del Congo”.
Al sur de Kivu hay un brigada “mixta” del ejército congolés, formada por elementos de las fuerzas regulares y de los grupos armados que aceptaron los acuerdos de paz. Además están los “Cascos Azules” de la Misión de las Naciones Unidas en Congo (MONUC). El sur, y sobre todo el norte de Kivu, han sido el centro de una acción militar entre el ejército congolés y el ruandés dirigida a dar la caza a las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda, un grupo formado inicialmente por quienes pertenecen al viejo ejército ruandés y a las milicias interhamwe (responsables del genocidio del 1994) que se habían refugiado al este del Congo en los años 90.
“De lo que sabemos, no han sido las FDLR las que han realizado los ataques contra la Iglesia”, dice la fuente. “No obstante la presencia de un número no exiguo de militares, ¿cómo es posible que el área sea tan porosa como para permitir que estos grupos armados pasen cercanos a los puestos de control? ¿Acaso quienes deben garantizar la seguridad son parte del problema de inseguridad del Kivu? Son solo algunas de las preguntas que me hago frente a estos eventos”, concluye la fuente.
Los participantes en la Asamblea especial para África del Sínodo de los Obispos lanzaron una exhortación para que se restablezca lo más pronto posible la seguridad al sur de Kivu. En una carta dirigida a Mons. Francois-Xavier Maroy Rusengo, Arzobispo de Bukavu, que tuvo que abandonar el 7 de octubre el Sínodo para estar cerca a los fieles de su Arquidiócesis, los padres sinodales piden “a las autoridades civiles legítimas hacer todo lo posible para restablecer el orden en la justicia, con el fin de instaurar y garantizar la paz, indispensable para una vida normal para aquella amada población”.
También Su Exc. Mons. Nicolás Djomo Lola, Obispo de Tshumbe, Presidente de la Conferencia Episcopal de la República Democrática del Congo, que participa en el Sínodo, publicó una declaración con la que recuerda a las “autoridades político administrativas que el deber principal de policías y militares es el proteger a la población y sus bienes”.
En su intervención el Presidente de la Conferencia Episcopal de la RDC condenó “las guerras y las violencias impuestas a la República Democrática del Congo. Debemos destapar las mentiras utilizadas por los predadores y por quienes ordenan estas guerras. El tribalismo evocado incesantemente para justificar estas guerras no es otra cosa que una excusa. La diversidad étnica es instrumentalizada como pretexto para saquear los recursos naturales”. “La comunidad internacional –dijo el Obispo- hace muy poco para poner fin a estas violencias, interesándose solamente por explotar los recursos naturales. Se limita a resolver las consecuencias de las guerras en vez de combatir las causas”. (L.M.) (Agenzia Fides 9/10/2009; líneas 44, palabras 654)


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