VATICANO - La solidaridad de los Presidentes Delegados y del Secretario General del Sínodo de los Obispos al Arzobispo de Bukavu, obligado a regresar a su patria por la grave situación de peligro

viernes, 9 octubre 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Los Presidentes Delegados y el Secretario General del Sínodo de los Obispos han enviado la siguiente carta a Su Exc. Mons. François Xavier Maroy Rusengo, Arzobispo de Bukavu (República Democrática de Congo).
“Excelencia Reverendísima,
Los obispos reunidos en la Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos, bajo la Presidencia del Santo Padre, Papa Benedicto XVI, han sabido que en su Arquidiócesis de Bukavu, en la República Democrática del Congo, se registran desórdenes que incluyen parroquias incendiadas, afrentas infligidas a sacerdotes tomados como rehenes con exigencias de rescate, generando una situación tal que ahora os veis obligado a volver junto a vuestros fieles, presa de tormentos y peligros.
A este propósito, en nombre de toda la Asamblea, os expresamos nuestra solidaridad fraterna en la esperanza de que la reconciliación y la Buena Nueva del Evangelio, como nos recuerda en estos días la reflexión sinodal, sean acogidas como la vía compartida por todos para llegar a condiciones de vida humanas fundamentadas en los valores de la justicia y reforzadas por el deseo de la paz que es un don de Dios.
Os estaríamos muy agradecidos si quisierais transmitir nuestros cordiales sentimientos de solidaridad religiosa a todos los miembros del Pueblo de Dios que vive y sufre en dicha Arquidiócesis: los sacerdotes, religiosos, religiosas, diáconos, catequistas, laicos y todos los hombres de buena voluntad.
Al mismo tiempo, invitamos a las autoridades civiles a hacer todo lo posible para recuperar el orden de la justicia para instaurar y garantizar la paz, indispensable para una vida normal de la querida población. Confiando en la misericordia de Dios y en la intercesión de María, Reina de África y Reina de la Paz, os aseguramos nuestras oraciones, para que la justicia y la caridad permitan a esta Arquidiócesis, a la región de los Grandes Lagos y a toda África, obtener días apacibles y una vida serena”. (SL) (Agencia Fides 9/10/2009; líneas 25, palabras 318)


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