AMERICA/COSTA RICA - El Presidente de la Conferencia Episcopal sobre el proyecto de ley de las uniones homosexuales: la Iglesia ve en la familia “un valor importante, que debe ser defendido de cualquiera amenaza que ponga en peligro la solidez y perjudique su propia existencia”

martes, 8 septiembre 2009

San José (Agencia Fides) – Equiparar la unión de personas del mismo sexo al matrimonio representa un acto anticonstitucional. Lo ha afirmado Mons. Hugo Barrantes Hureña, Arzobispo de San José y Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, con respecto al proyecto de ley “de la sociedad de convivencia”.
En su intervención el 3 de septiembre, delante de la Comisión de los Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa, el Prelado ha recordado que “proteger la naturaleza intrínseca de la institución familiar” representa una obligación para el Estado y que “ninguna unión entre personas del mismo sexo puede basarse sobre un consenso matrimonial pleno”.
Durante su intervención, Mons. Barrantes Hureña ha hecho referencia a diversos textos fundamentales, entre los cuales la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención Americana sobre los Derechos Humanos, la Convención sobre los Derechos de los Niños y la Constitución política del País. Analizando el tema desde la perspectiva de los derechos humanos, el Arzobispo de San José ha rebatido como cinco de los principales tratados sobre este tema “se ocupan de la naturaleza jurídica de la institución familiar y todos lo hacen de manera plenamente consciente”, concluyendo que “la familia es el elemento natural y fundamental del estado”, por lo que “debe recibir la máxima protección posible de estos, en particular en el momento de su constitución y durante todo el proceso de crecimiento y formación de los hijos”.
Refiriéndose al proyecto de ley “de la sociedad de convivencia”, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica ha notado como, aunque en el preámbulo se habla de “uniones entre personas del mismo sexo distintas del matrimonio”, la totalidad del proyecto “refleja el contrario”, es decir la escondida voluntad de “equiparar estas uniones al matrimonio, sea en los derechos que en los deberes, y no sólo por cuestiones de orden patrimonial sino también en el caso de derechos personales”. De todos modos, tal y como está planteado, el proyecto “es abiertamente contrario” a la Constitución del País, que considera el matrimonio como “base esencial de la familia”, destinataria de una protección especial de parte del Estado.
Al concluir su intervención, Mons. Hugo Barrantes ha remarcado que la Iglesia ve en la familia “un valor importante, que debe ser defendido de cualquiera amenaza que ponga en peligro la solidez y perjudique su propia existencia” y ha exhortado los presentes a desarrollar “con sinceridad, rectitud, caridad y fortaleza” la misión confiada al Pueblo, legislando “sobre la base de principios éticos y en favor del bien común”. (GT) (Agencia Fides 8/9/2009)


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