AMERICA/VENEZUELA - Carta Pastoral de los Obispos con motivo de los 50 años de los Cursillos de Cristiandad: “La hora que vive nuestra patria es la hora de los valientes, de aquellos que están dispuestos a dar razón de su esperanza y de su fe”

miércoles, 22 julio 2009

Caracas (Agencia Fides) – “La hora que vive nuestra patria es la hora de los valientes, de aquellos que están dispuestos a dar razón de su esperanza y de su fe, con la conciencia de que éstas están basadas en la exigencia del amor a Dios y a los hermanos”, se lee en la Carta Pastoral que han escrito los Obispos de Venezuela con motivo de los 50 años de la realización del Primer Cursillo de Cristiandad en el país que se celebrará el próximo 20 de agosto.
En la carta, que lleva por título “Una lluvia de gracia de 50 años”, los Obispos recuerdan que los Cursillos han servido en el país “para hacer de los laicos venezolanos, hombres y mujeres más activos en la construcción del Reino de Dios en nuestra sociedad, convirtiéndose, así, en apóstoles de Jesucristo en la realidad cotidiana”. En efecto, los laicos venezolanos “comenzaron a comprender que su compromiso de fe estaba muy lejos de ser paralizante ante una realidad que les exigía una acción apostólica cada vez más integrada a lo que vivía cada uno cotidianamente, alejándose así de un espiritualismo infértil y peligroso”.
Haciendo memoria de los inicios del movimiento y su fundación en España, los Obispos afirman que “el Movimiento de Cursillos de Cristiandad nació con un carisma profundamente comprometedor con el mundo, pues lanzaba a quienes lo realizaban, luego de que éstos experimentaran una profunda conversión, a ser cada uno fermento del Evangelio en sus ambientes, empezando por el más natural, el de la familia propia”. De este modo “los cursillistas deben sentirse verdaderamente comprometidos con su realidad. Deben huir del conformismo, de la parálisis social y del espiritualismo. Y deben saberse instrumentos de la Gracia de Dios para extender su Reino en nuestra patria”.
Según los Prelados el carisma de los Cursillos de Cristiandad se puede describir según los dos los dos objetivos que persigue: “el inmediato, es decir, la conversión de la persona; y el último, esto es, la fermentación evangélica de los ambientes”. Carisma que “después de sesenta años de haber surgido en el mundo y de cincuenta en Venezuela, tiene plena vigencia”.
“Hoy nuestro país adolece de más hombres y mujeres que asuman con seriedad su fe”- continua el texto. Por ello, “se necesita la valentía de aquellos que ya la viven responsablemente, en este caso concreto, de aquellos que ya han pasado por un Cursillo de Cristiandad, que viven su contacto frecuente y familiar con Dios a través de la oración, que han asumido que la fe debe ser ilustrada con los criterios sólidos que dan la misma Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia, que se saben apóstoles del Evangelio del amor en cada uno de sus ambientes. Así, Venezuela vivirá efectivamente la recristianización que tanto necesita y se recuperará la vivencia de los valores y principios humanos y cristianos que se han ido difuminando”. De este modo, los Cursillos deben seguir realizando su misión de formación de líderes cristianos. Además, consideran los Obispos que “el Movimiento de Cursillos de Cristiandad está llamado en las actuales circunstancias a realizar valientemente una apertura pastoral a las situaciones concretas que se viven en el país”, en especial deben afrontar la situación actual de la familia.
Concluyen los Obispos su carta alentando a todos los miembros de los Cursillos a seguir dando a seguir dando las señales que han sido frecuentes entre los cursillistas, como son “la alegría de vivir la fe con la máxima ilusión, el conocimiento profundo de lo que es el cristianismo, la valentía en la asunción de los compromisos a los que los llama la vivencia de la fe, la preocupación por dar a conocer a Jesús y su amor a todos los hermanos que están alrededor, el procurar con el máximo empeño la transformación social para que la sociedad pase definitivamente a ser más humana y más cristiana, la capacidad de llegar a los diversos ámbitos sociales para dar testimonio de Cristo en ellos sea cual fuere la consecuencia que ello trajera”. (RG) (Agencia Fides 22/7/2009)


Compartir: