AMERICA/PERU - El Cad. Cipriani, Enviado especial en el IV Centenario de la diócesis de Ayacucho, pide que se mantengan el espíritu misionero de los inicios

martes, 21 julio 2009

Ayacucho (Agencia Fides) - Este lunes 20 de julio, en la Plaza de Armas de Ayacucho, el Cardenal Juan Luis Cipriani presidió como Legado Pontificio del Papa Benedicto XVI, la solemne Eucaristía de Acción de Gracias por los 400 años de creación de la Arquidiócesis de Ayacucho, ante una multitudinaria concurrencia de fieles y con la presencia del Nuncio Apostólico, Mons. Bruno Musarò y más de veinte obispos peruanos.
En su homilía, llena de recuerdos por los más de diez años en que se desempeñó como Arzobispo de Ayacucho, el Cardenal Cipriani destacó los numerosos aportes del pueblo ayacuchano a la identidad nacional e hizo una mención especial en la Misa por todas las almas de las personas que murieron por la violencia terrorista; también rindió homenaje a todas las instituciones religiosas que han contribuido a la identidad religiosa ayacuchana así como la labor en favor de los más pobres de la Madre Covadonga y de las monjas de clausura de los tradicionales conventos ayacuchanos de Santa Teresa y Santa Clara.
El Enviado Papal destacó también la virtud de la alegría de la Iglesia Ayacuchana, a pesar de los obstáculos que se han presentado a lo largo de los 400 años de historia. Asi mismo, envió envío un saludo de agradecimiento a todas las congregaciones religiosas que durante estos cuatrocientos años de historia de fe en Ayacucho, han evangelizado y contribuido en la formación doctrinal de los pueblos de toda la zona conocida como la “Roma de los Andes”. E invitó a que el espíritu misionero siga impulsando las visitas a los pueblos y la tarea de la enseñanza del catecismo.
El Arzobispo de Lima recordó a continuación la labor pastoral de los Obispos, quienes llevaron con mucha devoción los primeros años de la diócesis de Huamanga (como se llamó en un inicio la actual Arquidiócesis de Ayacucho), creada por el Santo Padre Paulo V, el 20 de julio de 1609. Entre ellos, destacó a Monseñor Francisco Verdugo, segundo Obispo de Huamanga, “quien dictó las primeras constituciones de la diócesis, el año 1622” y a Monseñor Cristóbal de Castilla y Zamora, fundador de la Universidad San Cristóbal de Huamanga, “quien convocó el Primer Sínodo diocesano reunido en 1672”.
Finalmente, el Cardenal Cipriani recordó la importantísima propuesta que nos hace el Santo Padre Benedicto XVI con la proclamación del Año Sacerdotal. Por ello, invitó a los fieles ayacuchanos, especialmente a los sacerdotes, a aprovechar esta especial ocasión para aspirar a la santidad con nuevo ardor, y así lograr que florezcan vocaciones de jóvenes que entreguen sus vidas a Dios en el sacerdocio. “Que la vida sacramental ilumine todos los esfuerzos pastorales, insistiendo de manera especial en la participación en la Eucaristía dominical, que se ilumine y se practique de una manera valiente el sacramento de la Reconciliación, superando las dificultades”, culminó.
Durante la Santa Misa, el Nuncio Apostólico en Perú, Mons. Bruno Musarò leyó el mensaje del Santo Padre Benedicto XVI enviado con ocasión de esta especial conmemoración quien pidió a todos los ayacuchanos, en especial, a los sacerdotes, a edificar el cuerpo de Cristo en la comunidad eclesial.
En la Santa Misa se hicieron presentes centenares de pobladores de zonas rurales de Ayacucho quienes acudieron a esta conmemoración tras caminar más de doce horas así como pobladores de los valles Apurímac y Ene (VRAE), afectados por el narcoterrorismo. Al término de la misma el Cardenal Cipriani envío la Bendición Apostólica a nombre del Santo Padre Benedicto XVI a todos los fieles de Ayacucho. (RG) (Agencia Fides 21/7/2009)


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