AFRICA/SUDAN - Han muerto el 5% de los niños menores de cinco años durante los últimos tres meses, la mayor parte por causas sencillas como hambre, diarrea y malaria: emergencia Darfur. Las necesidades, causadas por la violencia, el hambre y la vulnerabilidad de la población respecto a enfermedades muy simples, son enormes

jueves, 3 junio 2004

Roma (Agencia Fides) - Según una reciente investigación, Darfur, Sudán occidental, se ve afectada por la amenaza de una carestía. Las tasas de mortalidad y malnutrición son peligrosamente altas, con un rápido deterioro de la situación alimenticia. Una investigación nutricional realizada en las provincias de Wadi Saleh y Mukjar por Médicos Sin Fronteras, ha revelado que el 21.5% de los niños menores de cinco años presentes en el área ya sufrían de grave malnutrición. Todavía peor, el estudio ha encontrado que cerca del 5% de los niños menores de cinco años pertenecientes a las familias sobre las que se ha realizado el estudio, han muerto durante los últimos tres meses, la mayor parte de los niños por causas sencillas como hambre, diarrea y malaria. Igualmente excesiva es la tasa de mortalidad registrada entre los niños mayores de cinco años con el 60% de los muertos causados directamente por el trauma de la guerra. Los resultados muestran que en Darfur, las necesidades causadas por la violencia, el hambre y la vulnerabilidad de la población respecto a enfermedades muy sencillas, son enormes.
Desde febrero del 2003, en la región del Darfur los brutales ataques contra civiles han determinado una crisis humanitaria. Hoy, para cerca de 1 millón de desplazados que han huido de la violencia y que siguen viviendo en el miedo, la asistencia médica es escasa y la comida, agua y refugio son completamente insuficientes.
Reservas de agua, leña y provisiones han sido saqueadas o destruidas durante los ataques contra las aldeas. Las personas no han tenido la posibilidad de efectuar ninguna siembra y no se prevé por tanto ninguna cosecha de aquí a fin de año. Las personas que han huido por la violencia están extremadamente debilitadas por el hambre, y como consecuencia, el aumento de la vulnerabilidad frente a enfermedades simples no puede sino aumentar. Con la llegada de la inminente estación de las lluvias, enfermedades como la malaria y diarrea se transformarán en enfermedades mortales.
Los continuos ataques contra los desplazados y su imposibilidad de sembrar la tierra antes de la llegada de las lluvias dejan a la población completamente dependiente de la asistencia externa que es todavía demasiado lenta. A pesar del alto al fuego, las violencias contra los civiles continúan. Los heridos no buscan la atención médica por miedo a ser identificados y arrestados. La llegada de la estación de las lluvias, prevista para finales de mayo, obstaculizará, o incluso impedirá, la distribución de ayudas humanitarias en la región del Darfur.
Uno de los pocas organizaciones presentes en Darfur para socorrer a más de 700.000 evacuados es Médicos sin Fronteras, que trabaja, junto con numerosos trabajadores locales, en ofrecer asistencia médica y alimentar a los evacuados que se han reunido en varios campos. Para estas poblaciones faltas de todo, MSF ha preparado ambulatorios, campañas de vacunación contra el sarampión, ha abierto centros nutricionales terapéuticos para atender a los niños gravemente malnutridos y ha instalado sistemas de distribución de agua potable.
(AP) (Agencia Fides3/6/2004; Líneas: 40 palabras: 545)


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