AFRICA - La carrera por las tierras africanas cultivables: un reporte subraya oportunidades y riesgos

martes, 26 mayo 2009

Roma (Agencia Fides) – Se está desarrollando una nueva carrera en África (“scramble for Africa”, como se decía hace un tiempo) ya no como en la época del colonialismo con tropas y colonos, sino con inversiones financieras para hacerse de las tierras mejores para producir mercancías alimenticias que exportar fuera del continente.
Se trata de un fenómeno que tiene aspectos positivos y negativos, según afirma un reporte elaborado por el Instituto Internacional del Ambiente y el Desarrollo, en colaboración con el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola y con la Agencia de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El estudio ha sido conducido en los siguientes países: Etiopía, Ghana, Malí, Kenya, Madagascar, Mozambique, Sudán y Zambia.
Según el reporte, las compras de terrenos africanos por parte de empresarios extranjeros pueden crear oportunidades, como puestos de trabajo, infraestructuras, aumento de la productividad agrícola, pero pueden también causar “daños si las poblaciones locales son excluidas de las decisiones sobre la división de los terrenos y si no son protegidas por sus derechos inmobiliarios”. El reporte desataca, en efecto, que “diversos países no disponen de mecanismos suficientes para proteger los derechos de los agricultores locales y tomar en cuenta sus intereses y medios de subsistencia de las poblaciones”.
Varios países con una buena disponibilidad financiera (en particular asiáticos) han iniciado proyectos de explotación de tierras africanas para producir alimentos que ayuden a satisfacer las necesidades de la propia población. Además, de las negociaciones entre gobierno y gobierno, también los fondos de inversiones soberanos (fondos estatales que invierten las ganancias de las rentas generadas por el petróleo) de algunos Estados árabes y de algunas multinacionales están invirtiendo en agricultura africana.
La llegada de las inversiones extranjeras ha generado ya consecuencias políticas de importancia en algunos países africanos. Una de las causas actuales de la crisis política en Madagascar, por ejemplo, es el fuerte resentimiento de la población local en relación a un acuerdo negociado entre el Presidente dimisionario Marc Ravalomanana, en el que se cede por 99 años una gran extensión de terreno cultivable (1,3 millones de hectáreas, la mitad de la superficie cultivable del país) a una conocida multinacional coreana. A pesar de que la sociedad anunció la creación de 70 mil puestos de trabajo y el pago al Estado malgache de 6 mil millones de dólares por los primeros 25 años de alquiler, el contrato suscitó una fuerte oposición popular. El entonces líder de la oposición Rajoelina (actual Presidente de la Autoridad de Transición) supo guiar la protesta popular suscitada por el acuerdo obligando a Ravalomanana a renunciar. (L.M.) (Agencia Fides 26/5/2009 líneas 32 palabras 429)


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