VATICANO - Benedicto XVI recuerda en el Regina Cæli su peregrinación a Tierra Santa, que ha sido también una visita pastoral a los fieles que viven allí, un servicio a la unidad de los cristianos, al diálogo con judíos y musulmanes" y lanza una llamamiento por los refugiados de Sri Lanka

lunes, 18 mayo 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Reservándose, como es usual, el hablar más extensamente sobre su viaje apostólico a Tierra Santa durante la audiencia general del próximo miércoles, el Santo Padre Benedicto XVI ha querido agradecer al Señor que le ha concedido "concluir este viaje apostólico tan importante" en su discurso antes del rezo del Regina Cæli, el domingo 17 de mayo.
"Esta peregrinación a los Lugares santos ha sido también una visita pastoral a los fieles que viven allá, un servicio a la unidad de los cristianos, al diálogo con judíos y musulmanes, y a la construcción de la paz - ha dicho el Santo Padre -. La Tierra Santa, símbolo de aquella tierra, símbolo del amor de Dios por su pueblo y por toda la humanidad, es también símbolo de la libertad y de la paz que Dios quiere para todos sus hijos. Ahora bien, la historia de ayer y de hoy muestra que precisamente esta Tierra se ha convertido también en símbolo de lo contrario, es decir, de divisiones y de conflictos interminables entre hermanos". El Papa ha invitado a preguntarse como es posible todo esto, "si bien sabemos que un misterioso designio de Dios concierne a aquella Tierra”.
Benedicto XVI ha recordado que la Tierra Santa “ha sido llamado un 'quinto Evangelio', porque aquí podemos ver, es más tocar la realidad de la historia que Dios ha realizado con los hombres. Comenzando con los lugares de la vida de Abraham hasta los lugares de la vida de Jesús, desde la encarnación hasta la tumba vacía, signo de su resurrección". A continuación el Papa ha notado que "la Tierra Santa, por su misma historia, puede ser considerada un microcosmos que resume en sí el esforzado camino de Dios con la humanidad. Un camino que incluye a causa del pecado también la Cruz, pero gracias la abundancia del amor divino también la alegría del Espíritu Santo, la Resurrección ya comenzada; es un camino entre los valles de nuestro sufrimiento hacia el Reino de Dios”.
"La historia de la salvación comienza con la elección de un hombre, Abraham, y de un pueblo, Israel, pero su intención es universal, la salvación de todos los pueblos" ha recordado el Papa, poniendo en evidencia que "la historia de la salvación siempre está marcada por este enlace de particularidad y universalidad". Ha concluido después " El objetivo más profundo de todo diálogo interreligioso es éste: temer a Dios y practicar la justicia, aprender esto y abrir así el mundo al Reino de Dios”.
Antes de la oración mariana, Benedicto XVI ha invitado a dirigir el pensamiento a Sri Lanka, "para asegurar mi afecto y mi cercanía espiritual a los civiles que se encuentran en la zona de los combates, en el norte del país". Estas son sus palabras: “Se trata de miles de niños, mujeres, ancianos, a quienes la guerra les ha quitado años de vida y esperanza. En este sentido, quiero una vez más dirigir una apremiante invitación a los beligerantes para que faciliten la evacuación y uno mi voz a la del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que hace unos pocos días ha pedido garantías para su incolumidad y seguridad. Pido, además, a las instituciones humanitarias, incluidas las católicas, que hagan todo lo que puedan para salir al paso de las necesidades urgentes, alimentarias y médicas, de los refugiados. Confío ese querido país a la maternal protección de la Virgen Santa de Madhu, amada y venerada por todos los ceilandeses, y elevo mis oraciones al Señor para que apresure el día de la reconciliación y la paz”. (S.L) (Agencia Fides 18/5/2009)


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