VATICANO - Benedicto XVI en Tierra Santa (28) - Ceremonia de despedida: ¡Nunca más derramamiento de sangre! ¡Nunca más enfrentamientos! ¡Nunca más terrorismo! Nunca más guerra!”

sábado, 16 mayo 2009

Tel Aviv (Agencia Fides) – En el aeropuerto Internacional Ben Gurion de Tel Aviv, se ha realizado el viernes 15 de mayo a las 13,30 hora local, se ha desarrollado la ceremonia de despedida del Santo Padre Benedicto XVI de Tierra Santa. En su discurso el Papa ha vuelto a recordar algunas de las impresiones más fuertes que le ha suscitado esta peregrinación a Tierra Santa, y ha añadido: "Esta tierra es realmente un terreno fértil para el ecumenismo y el diálogo interreligioso, y rezo para que la gran variedad de testimonios religiosos en la región traiga como fruto un creciente entendimiento mutuo y respeto”.
Benedicto XVI ha recordado después que ha plantado un olivo junto al Presidente de Israel en su residencia, el día de su llegada: "El olivo, es una imagen utilizada por san Pablo para describir las relaciones sumamente cercanas entre los cristianos y los judíos… Somos alimentados por las mismas raíces espirituales. Nos encontramos como hermanos, hermanos que en algunos momentos de nuestra historia han tenido relaciones tensas, pero que ahora están firmemente comprometidos por construir puentes de amistad duradera". Después uno de los momentos más "solemnes" citado por el Papa ha sido la visita al Memorial del holocausto "Yad Vashem", con el encuentro con algunos supervivientes a la Shoah. "Esos encuentros, profundamente conmovedores- ha dicho Benedicto XVI - me recordaron mi visita de hace tres años al campo de la muerte de Auschwitz, donde muchos judíos --madres, padres, maridos, esposas, hijos e hijas, hermanos y hermanas, amigos-- fueron brutalmente exterminados bajo un régimen sin Dios que propagaba una ideología de antisemitismo y odio. Este espantoso capítulo de la historia nunca debe ser olvidado o negado. Por el contrario, aquellos oscuros recuerdos deberían reforzar nuestra determinación para acercarnos aún más los unos a los otros, como ramas del mismo olivo, alimentados por las mismas raíces y unidos por el amor fraterno”.
Agradeciendo al Presidente por la calurosa hospitalidad, Benedicto XVI ha afirmado: “he venido a visitar este país como amigo de los israelíes, así como soy amigo del pueblo palestino. A los amigos les gusta pasar tiempo en recíproca compañía y se afligen profundamente al ver que el otro sufre. Ningún amigo de los israelíes y de los palestinos puede dejar de entristecerse por la tensión continua entre vuestros dos pueblos. Ningún amigo puede dejar de llorar por el sufrimiento y la pérdida de vidas humanas que ambos pueblos han sufrido en las últimas seis décadas". El Santo Padre ha lanzado después este llamamiento: ¡Nunca más derramamiento de sangre! ¡Nunca más enfrentamientos! ¡Nunca más terrorismo! Nunca más guerra! Por el contrario, rompamos el círculo vicioso de la violencia. Que pueda establecerse una paz duradera basada en la justicia, que haya una verdadera reconciliación y curación. Que sea universalmente reconocido que el Estado de Israel tiene derecho a existir y a gozar de paz y seguridad en el interior de sus fronteras internacionalmente reconocidas. Que sea igualmente reconocido que el pueblo palestino tiene el derecho a una patria independiente, soberana, a vivir con dignidad y viajar libremente. Que la solución de los dos Estados se convierta en realidad y no se quede en un sueño. Y que la paz pueda difundirse desde estas tierras; que puedan ser "luz para las naciones", llevando esperanza a muchas otras regiones que son golpeadas por conflictos”.
Por último el Santo Padre ha definido como “una de las imágenes más tristes" la del muro: "Al pasar a su lado, recé por un futuro en el que los pueblos de Tierra Santa puedan vivir juntos, en paz y armonía, sin necesidad de semejantes instrumentos de seguridad y de separación, sino más bien respetándose y confiando mutuamente, renunciando a toda forma de violencia y agresión. Señor presidente, sé lo difícil que será alcanzar ese objetivo. Sé lo difícil que es su tarea, y la de la Autoridad Palestina. Pero le aseguro que mis oraciones y las oraciones de los católicos de todo el mundo le acompañan siempre, mientras usted continúa sus esfuerzos por edificar una paz justa y duradera en esta región". (S.L) (Agencia Fides 16/5/2009)


Compartir: