AFRICA/SUDÁN - La religión africana de los Dinka de Sudán del Sur: conferencia en la Urbaniana

miércoles, 13 mayo 2009

Roma (Agencia Fides) – Conocer las otras religiones, y en particular las africanas, es fundamental para poder comprender el contexto y los interlocutores a los que hay que anunciar el Evangelio, para que se “encarne” en ese pueblo particular, portador de una larga tradición religiosa y cultural. Es este el espíritu con el que ayer, 12 de mayo, en la Pontificia Universidad Urbaniana, el Prof. Werner Daum dio una conferencia sobre “La religión africana de los Dinka en Sudán del Sur. Por una nueva interpretación”. Daum, experto estudioso y diplomático alemán, ilustró los fundamentos religiosos de este pueblo, que, irónicamente y paradójicamente, “por décadas de guerras fratricidas ha mantenido, más que cualquier otro pueblo africano, su tradición, ya que ningún occidental ha entrado en contacto por suficiente tiempo para estudiar y observar su vida. En efecto, como nos enseña la física, cada observación y medición no es nunca neutral y provoca siempre cambios en el fenómeno objeto de análisis y estudio”. Los grandes estudiosos de las tradiciones de Sudán han sido los ingleses y sobre todo, en los siglos pasados, los misioneros católicos. Aún hoy no sabemos exactamente cuántos habitantes hay en Sudan del Sur. Se piensa que son entre 2 y 5 millones.
“Los Dinka – explicó el profesor Daum – están fundamentalmente divididos en dos grandes clases sociales, transversales a todas las numerosas tribus que componen el pueblo. Está la clase de los hombres y las mujeres, que podríamos definir populares, y la clase de los sacerdotes, llamados ‘maestros de las lanzas’, en cuanto poseen el símbolo de la lanza del pescador, con la que golpean a los peces que han sido encanalados en zonas particulares y artificiales de los ríos, en donde las aguas bajas, permiten clavarlos con estas lanzas”.
Los Dinka poseen un mismo y complejo ‘corpus’ de mitos, que explican la creación, la divinidad y la muerte. En particular, los Dinka sostienen que hay un ser supremo, definido solamente con un nombre en singular, llamado Mialich, es decir ‘Alto’, que creó a los hombres inmortales y los hizo caer desde lo alto a la tierra, cuando ésta todavía era informe, sólo agua, sin luz y sin sol, y donde el alimento era dado sin tener que trabajar. En este estado, en el que podemos encontrar algunos elementos de la creación cristiana, en un cierto momento el ser supremo, Mialich, descendió a la tierra y se unió a una hija de la raza humana. Su hijo dio inicio a la casta de los ‘maestros de lanzas’, que poseen por ello una cierta naturaleza ‘divina’. Este primer hijo ‘divino’ liberó a los hombres de las tinieblas, trayendo la luz, que estaba escondida sobre un grande e inmenso árbol o, según otros mitos, tras un estrato de nubes, que impedían al sol hacerse visible.
“Los ritos que aún en nuestros días se celebran en las tribus Dinka – concluyó el prof. Daum – reviven los primeros momentos de la creación, buscan responder a las grandes preguntas del hombre. De dónde venimos, quién nos creó, para qué vivimos, qué hay después de la muerte, porqué ésta entró en la vida del hombre.” En este contexto los misioneros siguen yendo hoy en día al sur de Sudán a anunciar el Evangelio. (M.T.) (Agencia Fides 13/5/2009; líneas 34, palabras 537)


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