AFRICA/SUDÁFRICA - “Ayudemos a los que con el engaño son traídos a nuestra ciudad para ser explotados”: carta del Arzobispo de Ciudad del Cabo contra el tráfico de seres humanos

miércoles, 6 mayo 2009

Ciudad del Cabo (Agencia Fides)- “Como Iglesia de Ciudad del Cabo tenemos el deber de actuar para ayudar a las víctimas del tráfico de personas”. Así Mons. Lawrence Henry, Arzobispo de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), exhorta a los fieles a tomar conciencia del drama vivido por millones de personas.
Dirigiéndose a los fieles con una Carta titulada “Letter to raise awareness on human trafficking to all Parishes”, Mons. Henry define la trata de personas como “un mal que está presente entre nosotros”. En el documento, que fue enviado a Agencia Fides, el Arzobispo de Ciudad del Cabo recuerda que “en el 2007 en todo el mundo, más de 27 millones de personas vivían en un estado de servilismo forzado. En todo el periodo de la trata de esclavos que se realizó entre ambas orillas del Atlántico, 25 millones de personas han sido obligadas como esclavos. Hoy se estima que el 12,3 millones de personas son traficadas cada año en todo el mundo”.
Un drama –destaca Mons. Henry- que ha obligado a la Southern African Catholic Bishops Conference (SACBC) a crear una oficina para la lucha contra la trata de persona (CTIP) que ha realizado una estrategia con cuatro puntos: la oración, la prevención, la protección y la promoción.
“Como Iglesia local de Ciudad del Cabo, tenemos el deber de actuar”, afirma Mons. Henry, que recuerda que “en el mensaje de Jesús es central la enseñanza ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’”. El Arzobispo de Ciudad del Cabo nota que “diversos hermanos y hermanas nuestros son atraídos con engaño a nuestra ciudad con la promesa de un trabajo, pero en realidad son traídos para otros motivos, como la prostitución, la pornografía infantil, el trabajo doméstico no retribuido y el trabajo agrícola, etc.”.
Para afrontar está situación, Mons. Henry propone algunas líneas guías: crear la conciencia del problema y rezar en las parroquias por las víctimas de la trata de seres humanos; acoger a los forasteros y a los extranjeros de manera que puedan encontrar una casa en las comunidades parroquiales; que los grupos parroquiales por la “Justicia y la Paz” se hagan promotores de una legislación sobre el tráfico de seres humanos; crear o adherir a grupos ya existentes que se opongan al previsto boom de la industria juvenil del sexo, prevista para el Mundial de fútbol que se realizará en Sudáfrica en el 2010.
La oficina contra la trata de la SACBC propuso que en todas las Misas dominicales se rece la siguiente oración para terminar con la trata de seres humanos:
“Oh Dios, no podemos expresar lo que nuestra mente apenas comprende y nuestro corazón prueba cuando nos enteramos de hombres, mujeres y niños que con el engaño son transportados en lugares desconocidos para ser explotados sexualmente o para trabajos forzados, por culpa de la avidez humana y las ganancias. Que podamos alzar nuestras voces y gritarte, ‘sana el corazón herido’. Nuestros corazones y nuestros espíritus se entristecen cuando la dignidad humana de las víctimas de la trata es violada. Señor, ‘sana el corazón herido’. Ayúdanos a ser solidarios con las víctimas del tráfico de seres humanos de manera que juntos podamos encontrar la manera de cultivar la libertad que nos has dado a todos nosotros”. (L.M.) (Agencia Fides 6/5/2009 líneas 37 palabras 540)


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