VATICANO - LAS PALABRAS DE LA DOCTRINA de don Nicola Bux y don Salvatore Vitiello - La Iglesia vive en las personas

jueves, 23 abril 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "La Iglesia vive en las personas y quién quiere conocer a la Iglesia, comprender su misterio, debe considerar a las personas que han vivido y viven su mensaje, su misterio". Así comenzaba el Santo Padre Benedicto XVI la audiencia General del miércoles 21 de abril, mostrando una vez más, cuál es el extraordinario realismo de su modo de entender y, sobre todo, de vivir el Cristianismo, es decir el encuentro con el acontecimiento, la Persona de Cristo.
Aquellos que continúan aferrados a una lectura de este pontificado embridada entre "conservadurismo" y "progresismo", entre "nuevo" y "antiguo", entre "italiano" y "latino", entre "rotura" y "continuidad", muestran que no comprenden realmente, no sólo la grandeza teológica de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, sino, en realidad, la naturaleza misma del Cristianismo.
La fe en Jesús de Nazaret Dios y Cristo se caracteriza exactamente por la victoria sobre toda pre-comprensión ideológica y por la continua viva presencia del Resucitado en su Cuerpo, que es la Iglesia que, precisamente "vive en las personas”. El hecho de que la Iglesia viva en las personas, conlleva la necesaria pregunta sobre come puede, hoy, el hombre del siglo veintiuno, encontrar realmente a Jesucristo, sin que un tal encuentro sea una fuga sensible o espiritualista o, lo que es igual, una reducción racionalista del Misterio. Ambas, sea la fuga como las reducciones, no son adecuadas al hombre que es un ser razonable y a la vez, capaz de experimentar auténticos sentimientos; no son adecuados a lo que la Biblia llama "el corazón" del hombre, es decir ese conjunto de exigencias y evidencias que constituyen su núcleo esencial, con el que comparar todo lo que ocurre en la vida.
La respuesta al "cómo" poder hoy encontrar realmente a Cristo, y conocer a la Iglesia que "vive en las personas”, se puede encontrar en la siempre poco comprendida coincidencia en el Cristianismo, de contenido y método.
Como ha recordado el Santo Padre en la reciente alocución a la Plenaria del Clero: "En el misterio de la encarnación del Verbo, en el hecho de que Dios se haya hecho hombre como nosotros, se encuentra tanto el contenido como el método del anuncio cristiano" (16 de marzo de 2009).
He aquí porque “la Iglesia vive en las personas"! Porque la encarnación no es sólo una realidad dogmática que se refiere al hombre-Dios Jesús de Nazareth, sino que es al mismo tiempo, el método mismo con el que el Señor ha querido revelarse y, continua revelándose en el tiempo del Espíritu y de la Iglesia, siempre con el mismo método: pasando a través de lo humano.
Una humanidad que ciertamente no goza de las prerrogativas de la santa humanidad de Cristo Señor, inmune de toda huella de pecado, pero que, sin embargo, puede, profundamente transformado por la gracia santificante, continuar "impresionando” y fascinando a los hombres de nuestro tiempo por el nuevo juicio y el nuevo modo de acción en la realidad, que el encuentro con Cristo determinan. Es el misterio siempre nuevo de la humanidad cambiado por la gracia que, siempre descubrimos, corresponde el profundo deseo de cada uno y encuentra, también entre los más lejanos, un favor y una acogida en los que, siempre, surge la pregunta: " Pero ¿quién es ése?”. ¡Una tal pregunta es el principio de la fe! Una fe que es posible gracias a la conciencia que contenido y método, en el y del Cristianismo, coinciden porque la Iglesia “vive en las personas". (Agencia Fides 23/4/2009)


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