AFRICA/SUDÁFRICA - “Poned la Eucaristía al centro de la vida de fe”, exhorta el Arzobispo de Johannesburgo

jueves, 16 abril 2009

Johannesburgo (Agencia Fides) - Una fuerte invitación a poner la Eucaristía al centro de la propia vida de fe ha sido dirigido por Mons. Buti Tlhagale, Arzobispo de Johannesburgo y Presidente de la SACBC (Southern African Catholic Bishops' Conference), en su homilía del Jueves Santo, cuyo texto fue enviado a la Agencia Fides.
“El Papa Juan Pablo II declaró el año 2005 el Año de la Eucaristía”, recordó Mons. Tlhagale. “Al final de ese año, canonizó a cinco Santos que se distinguieron por su piedad eucarística. Él publicó asimismo la Carta apostólica Mane Nobiscum Domine y una Encíclica sobre el misterio y sobre el culto de la Santísima Eucaristía (2005). Papa Benedicto ha continuado con el mismo tema con su Exhortación Apostólica postsinodal, El sacramento de la Caridad (Sacramentum caritatis). La Congregación para el Culto Divino ha publicado una Instrucción sobre el sacramento de la Redención (2004)”.
“El año de la Eucaristía llegó y paso y aún no tenemos un buen conocimiento de estos documentos y de su contenido” afirmó el Arzobispo de Johannesburgo haciendo un llamado a los sacerdotes para que difundan estos documentos entre sus parroquianos, incluso asumiendo el costo de traducirlos a los idiomas vernáculos. “Este es un modo de despertar y reforzar la fe en la eucaristía. Tesoro supremo de la Iglesia Católica” recuerda Mons. Tlhagale, ya que “La Eucaristía les da a los católicos una identidad única. La falta de la celebración eucarística por falta de sacerdotes debilita esta identidad católica”.
“El sacerdote y el diácono tienen que tener una estrecha relación con la Eucaristía” afirma Mons. Tlhagale. La Eucaristía, afirma Juan Pablo II, “es la razón central y esencial del sacramento del sacerdocio. El pueblo de Dios espera del sacerdote una especial veneración y una fuerte piedad eucarística”.
Además de la importancia de la Comunión Eucarística, el Arzobispo de Johannesburgo reafirmó la necesidad de participar en la Adoración Eucarística ya que “cuando se ve a los fieles en silencio delante del Señor es también un acto de testimonio. La Adoración Eucarística debería ser parte integral de nuestra manera de ser Iglesia. Muchos han afirmado que la Adoración Eucarística promueve las vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa. Los niños, los jóvenes y los adultos deberían ser alentados y educados en valorar la belleza del silencio en presencia de Jesucristo”.
Mons. Tlhagale además hizo notar que “el comportamiento exterior, los gestos, los movimientos del cuerpo revelan nuestra fe o nuestra falta de fe en la presencia de Dios invisible, como presencia real de Cristo en la Eucarística, en la Hostia Consagrada en el tabernáculo”. Al respecto, el Arzobispo de Johannesburgo ilustró una serie de comportamientos que demuestran una falta de fe eucarística: “muchas personas cuando entran a la iglesia no hacen el signo de la cruz con el agua santa, no se arrodillan, y tampoco se inclinan en reconocimiento de la presencia de Cristo en el Tabernáculo. Nuestras iglesias parecen un mercado antes y después de la Misa, en parte porque hemos cambiado de lugar el tabernáculo trasladándolo a un lugar separado o simplemente porque hemos perdido el sentido de la presencia del Santísimo. Hemos abandonado el silencio y el clima de oración en la iglesia. Donde sea posible es importante recuperar la centralidad del tabernáculo. Tenemos necesidad de recuperar la cultura y la práctica de la genuflexión y del silencio. La Iglesia nos pide una hora de ayuno antes de la comunión Eucarística. El masticar chicles durante la misa es simplemente repugnante”.
Para remediar esta situación el Arzobispo de Johannesburgo invita a todas las comunidades parroquiales a que propongan la Adoración eucarística a sus fieles y de adoptar la Adoración Eucarística como el tema de la Arquidiócesis durante los próximos tres años, con el fin de generar un movimiento eucarístico, y de promover las procesiones del Corpus Domini, “con el fin de dar públicamente testimonio de nuestra fe”. (L.M.) (Agencia Fides 16/4/2009 líneas 46 palabras 646)


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