VATICANO - El Papa recuerda a la Delegación del Círculo San Pedro que “el servicio caritativo se vuelve una forma privilegiada de evangelización, a la luz de las enseñanzas de Jesús”

lunes, 6 abril 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Sabemos que la autenticidad de nuestra fidelidad al Evangelio se verifica también en la atención y en la solicitud concreta que nos esforzamos por manifestar al prójimo, especialmente a los más débiles y marginados. De esta manera el servicio caritativo, que se puede desplegar en una diversidad de formas, se vuelve una forma privilegiada de evangelización, a la luz de las enseñanzas de Jesús, quien consideró como hecho a él mismo, todo lo que hayamos podido hacer en favor de nuestros hermanos, en especial a los más ‘pequeños’ o abandonados”. Fue lo que recordó el Santo Padre Benedicto XVI al recibir en audiencia el 3 de abril a la Delegación del Círculo San Pedro.
“Por ello, para que nuestro servicio no sea solamente una acción filantrópica, por útil y meritoria que pueda ser –continuó el Pontífice–, es necesario alimentarlo con la oración constante y con la fe en Dios. Es necesario armonizar nuestra mirada con la mirada de Jesús, nuestro corazón con su corazón. De esa manera, el amoroso apoyo brindado a los demás se traduce en participación y en un compartir conciente de sus esperanzas y sufrimientos, haciendo visible y, diría incluso, casi tangible, por una parte la infinita misericordia de Dios hacia todo ser humano, y por otra nuestra fe en Él. Jesús, su Hijo unigénito, muriendo en la Cruz, nos reveló el amor misericordioso del Padre que es fuete de la verdadera fraternidad entre todos los hombres, y nos ha señalado el único camino posible para ser testigos creíbles de este Amor”.
En su discurso, el Pontífice renovó su aprecio por el servicio que el Círculo San Pietro brinda al Santo Padre y por el apoyo ofrecido a la comunidad cristiana en Roma, especialmente en salir al encuentro de las necesidades de tantos hermanos pobres e indigentes. Expresó también su deseo de que el Triduo Pascual sea para todo los miembros del Círculo “una ocasión propicia para fortalecer y purificar vuestra fe; para abriros a la contemplación de la Cruz que es el misterio de amor infinito del cual tomar la fuerza para hacer de vuestra existencia un don hacia los hermanos... De la Cruz brota también la alegría y la paz del corazón, que nos hacen testigos de aquella esperanza de la que hoy se advierte una gran necesidad, especialmente en este tiempo de crisis económica difusa y generalizada. De esa esperanza serán signos elocuentes las diversas iniciativas de caridad de vuestro benemérito Círculo San Pedro, así como, y sobre todo, vuestras mismas existencias, si os dejáis guiar por el Espíritu de Cristo.”
Finalmente el Pontífice agradeció al Círculo San Pedro por la entrega del óbolo de San Pedro, recogida en las parroquias de Roma: “Gracias por este signo de comunión eclesial y de concreta participación en el esfuerzo económico que la Sede Apostólica despliega para atender las crecientes urgencias de la Iglesia, especialmente en los países más pobres de la tierra”. (S.L.) (Agencia Fides 6/4/2009; líneas 36, palabras 521)


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