VATICANO - Benedicto XVI en Angola (10) - A las autoridades políticas y civiles: " Los africanos mismos, trabajando juntos por el bien de sus comunidades, han de ser los primeros agentes de su desarrollo”

sábado, 21 marzo 2009

Luanda (Agencia Fides) - "Sois artífices y testigos de una Angola que está despertando. Tras veintisiete años de guerra civil, que había devastado este País, la paz ha comenzado a echar raíces, llevando consigo los frutos de la estabilidad y la libertad". Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI se ha dirigido a las Autoridades políticas y civiles y a los Embajadores que ha encontrado en el Palacio Presidencial de Luanda, la tarde del 20 de marzo. Recordando los esfuerzos del Gobierno por el desarrollo y el bienestar de la sociedad que han hecho reflorecer la esperanza entre los ciudadanos, el Papa ha citado también los "ejemplos de profesores, agentes sanitarios y empleados estatales que, con exiguos sueldos, sirven con integridad y dedicación a sus comunidades; y van aumentado quienes se comprometen en actividades de voluntariado al servicio de los más necesitados”.
"Angola sabe que ha llegado para África el tiempo de la esperanza" ha exclamado el Santo Padre, exhortando a los presentes a transformar el Continente, " liberando a vuestro pueblo del flagelo de la avidez, de la violencia y del desorden, guiándolo por la senda indicada por los principios indispensables de toda democracia civil moderna: el respeto y la promoción de los derechos humanos, un gobierno transparente, una magistratura independiente, una comunicación social libre, una administración pública honesta, una red de escuelas y hospitales que funcionen de manera adecuada y la firme determinación, arraigada en la conversión del corazón, de romper de una vez por todas con la corrupción”.
Citando su Mensaje de este año para la Jornada Mundial de la Paz, Benedicto XVI ha subrayado "la necesidad de una visión ética del desarrollo". En efecto, más que simples programas y protocolos, las personas de este continente piden ser acompañadas de quienes trabajan en la política, en la administración pública, en las agencias internacionales.
Para asegurar el desarrollo económico y social a África, es necesario la coordinación del Gobierno nacional con las iniciativas regionales y con las decisiones internacionales. Todo eso presupone "que las naciones africanas sean consideradas no sólo como destinatarias de los planes y las soluciones elaboradas por otros. Los africanos mismos, trabajando juntos por el bien de sus comunidades, han de ser los primeros agentes de su desarrollo" ha puesto en evidencia el Santo Padre, citando algunas iniciativas eficaces que merecen ser mencionadas. "Por lo que se refiere a la comunidad internacional en su conjunto, es de urgente importancia la coordinación de los esfuerzos para afrontar la cuestión de los cambios climáticos, el pleno y justo cumplimiento de los compromisos para el desarrollo indicado por el Doha round e, igualmente, la realización de la promesa de los Países desarrollados, tantas veces repetida, de destinar el 0,7% de su PIB (producto interior bruto) a las ayudas oficiales para el desarrollo. Hoy, esta ayuda es más necesaria aún, con la tempestad financiera mundial que se ha desencadenado; el auspicio es que dicha ayuda no sea otra de sus víctimas”.
En África la familia es el fundamento de la sociedad, y el Papa ha expresado su "alegría humana profunda" de encontrarse entre familias. Sin embargo " también aquí la familia está sometida a muchas presiones: angustia y humillación causada por la pobreza, el desempleo, la enfermedad y el exilio, por mencionar sólo algunas. Es particularmente inquietante el yugo oprimente de la discriminación sobre mujeres y niñas, por no hablar de la práctica incalificable de la violencia y explotación sexual, que provoca tantas humillaciones y traumas. También he de subrayar otro aspecto muy preocupante: las políticas de aquellos que, con el espejismo de hacer avanzar la «edificación social», minan sus propios fundamentos. Qué amarga es la ironía de aquellos que promueven el aborto como una cura de la salud «materna». Qué desconcertante resulta la tesis de aquellos para quienes la supresión de la vida sería una cuestión de salud reproductiva”. Benedicto XVI ha concluido su discurso asegurando a los presentes que encontrarán siempre la Iglesia - por voluntad de su divino Fundador - "junto a los más pobres de este continente", a través de todas sus instituciones "a hacer todo lo posible para ayudar a las familias – incluidas las afectadas por los trágicos efectos del sida – y para promover la igualdad de dignidad de mujeres y hombres, sobre la base de una armónica complementariedad”. (S.L) (Agencia Fides 21/3/2009)


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