EUROPA/ITALIA - En el ámbito del Jubileo Paulino de los Universitarios, estudiantes y profesores africanos discuten sobre el diálogo entre Evangelio y cultura y sobre las perspectivas de la pastoral universitaria en África

lunes, 16 marzo 2009

Roma (Agencia Fides) – En el ámbito del Jubileo Paulino de los Universitarios, celebrado en Roma del 12 al 15 de marzo, en la Universidad Europea de Roma se ha llevado a cabo el Forum internacional de las Universidades con el título “Evangelio, cultura y culturas”, que ha alentado una importante reflexión sobre el estado actual del diálogo entre Evangelio y cultura, y sobre las perspectivas y desafíos de la pastoral universitaria en el mundo.
Los muchos representantes del mundo universitario africano han dedicado la sesión especial de África a una verificación de la pastoral universitaria en el continente. Presidió el encuentro, el 14 de marzo, el Prof. Julious Amioba Okojie, de la Comisión de las Universidades nacionales (National Universities Commission, NUC) de Abuja, Nigeria, quien introdujo la discusión sobre la pastoral universitaria y las relaciones entre Evangelio, ciencias y tecnología. El debate trató en primer lugar el papel del capellán universitario en el ámbito del ateneo, las reglas que debe seguir y transmitir, así como también las modalidades para traducir estas reglas en la vida cotidiana y transformar “al estudiante en un ciudadano de África”. Son estas, según el presidente y los moderadores de la discusión, los desafíos de los capellanes y de la Iglesia en las Universidades, tanto en las instituciones católicas como en las seculares.
El prof. Jacques Simporé, de la Université Saint Thomas d’Aquin de Ouagadougou, Burkina Faso, recordó en su aporte que en las universidades en África existen conflictos culturales, y una constante búsqueda de identidad. Sin embargo, recordó el prof. Simporé “el homo erectus nació en África, un continente que es un mosaico de pueblos, etnias, civilizaciones”. Ante todo, según el académico es importante evidenciar la diferencia entre las universidades estatales y las universidades católicas: las primeras son “lugares laicos, donde se encuentran tantas culturas, tantas religiones, y también el cientificismo”; aquí el trabajo del capellán es más complicado, y por esto debe tener una preparación adecuada y saber responder a los académicos y estudiantes sobre todo tema, desde la filosofía hasta la teología y las ciencias, “así como en el campo de la bioética”.
Es asimismo muy importante que, entre los desafíos y las perspectivas como “verdad, honestidad, filantropía, respeto por la vida, buen gobierno”, el capellán se comprometa a “promover la fe cristiana y a poner en ecuación el Evangelio y la cultura por un nuevo humanismo”, para que, concluyó el prof. Simporé, el campus universitario llegue a ser también “un lugar de promoción vocacional”.
En la discusión surgieron asimismo diversos problemas vinculados a África, a sus universidades y a las responsabilidades de los sacerdotes católicos al interno de cada institución académica. Existe ante todo una falta de estructuras, sobre de capillas universitarias, pero hay también otro tipo de problemas vinculados a las necesidades primarias y sustanciales de cada uno, como la pobreza y las enfermedades, o todas las cuestiones relativas a la transformación social y política, con la presencia de fuertes discriminaciones raciales y de género.
Como recordó al público Sylvester, joven nigeriano, el modo de vivir de la gente es muy importante, y más allá de la religión, lengua, cultura, están los problemas de la vida real: “alimento, trabajo, productividad, cosecha”. África ha estado por mucho tiempo marcada por una dependencia total del Occidente, y por esto hoy los principios que deben ser transmitidos a los jóvenes deberían ser “dignidad, independencia, confianza en sí mismos”. Es necesario recordar que contrariamente al pasado, hoy África posee excelentes técnicos, ingenieros, médicos y podría no depender más de Occidente también en el campo de las ciencias y de la tecnología, concluyó Sylvester.
Lamentablemente no siempre se ha tomado lo mejor de la civilización occidental, y muchas veces se pensó que el poder es la cosa más importante; por esto, aquello que verdaderamente cuenta hoy es la conciencia de la independencia, del valor de la libertad. Entrar en una universidad debería significar entrar en un espacio de libertad, añadió el nigeriano Eke Cornelius. “La cultura africana es muy rica, y es necesario comprender donde se encuentra el compromiso con la palabra de Dios, para lograr ocuparnos del futuro de nuestros hijos según la palabra de Dios”.
También la doctora Odile Tchangmena, nigeriana, sostiene que existe en África un problema ligado a las culturas que se superponen en el continente. Selma, angoleña, vive en Roma y trabaja en la pastoral juvenil. Explica que ha trabajado con muchos jóvenes, pero que en su mayoría eran sacerdotes y religiosas, y por ello sostiene que se debería invertir más en “jóvenes africanos laicos, que puedan llevar el conocimiento a los lugares a los que de otra forma no podría llegar”.
La última intervención en la cumbre fue la del prof. Rev. Jean-Bosco Matand, de la Université Catholique du Congo, en Kinshasa, quien subrayó que “la obra del capellán es también un plan de acción, un conjunto representado por el cuerpo académico, por quienes trabajan en la parte administrativa, y de todos los empleados. Y se debe desarrollar en una óptica de vida cristiana, de personas que viven su fe de manera sustancial”. (F.M.) (Agencia Fides 16/3/2009; líneas 58, palabras 884)


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