VATICANO - Benedicto XVI se dirige a una delegación del Gran Rabinado de Israel: “¡Que hebreos, cristianos y también musulmanes puedan vivir en paz y armonía en Tierra Santa!”

viernes, 13 marzo 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Como sabéis, estoy preparando la visita a Tierra Santa como peregrino. Tengo la intención de rezar por el don precioso de la unidad y de la paz tanto al interior de la región como por la familia humana de todo el mundo. Que esta visita pueda contribuir también a profundizar el diálogo de la Iglesia con el pueblo hebreo, y que los hebreos, cristianos y también los musulmanes puedan vivir en paz y en armonía en Tierra Santa”. Fue este el deseo del Santo Padre expresado el 12 de marzo durante la audiencia a una delegación del Gran Rabinado de Israel y de la Comisión de la Santa Sede para las religiones religiosas con el hebraísmo.
“El importante dialogo en el que estáis empeñados –dijo el Papa- es un fruto de la histórica visita de mi amado predecesor Papa Juan Pablo II a Tierra Santa en marzo del 2000. Era su intención instaurar un dialogo con instituciones religiosas hebreas en Israel y su aliento fue decisivo para alcanzar tal objetivo … Durante estos siete años no solo se ha reforzado la amistad entre la Comisión y el Gran Rabinado, sino que también habéis podido reflexionar sobre temas importantes, tanto para la tradición hebrea así como para la cristiana”.
El Santo Padre recordó el “rico patrimonio espiritual común”, en base al cual es “necesario y posible” un dialogo basado en la comprensión y en el respeto recíprocos, como lo aconseja Nostra aetate (n. 4). Las declaraciones comunes difundidas al final de cada uno de los siete encuentros que se han realizado en Roma y Jerusalén, testimonian que en tales circunstancias “han sido evidenciadas ideas radicas en nuestras respectivas convicciones religiosas, así como se ha dado el reconocimiento a las diferencias de comprensión –resaltó el Papa-. La Iglesia reconoce que los inicios de su fe resalen a la divina intervención histórica en la vida del pueblo hebreo y que aquí tiene su fundamento nuestra única relación. El pueblo hebreo, que fue escogido como pueblo electo, comunica a toda la familia humana el conocimiento del Dios uno, único y verdadero y la fidelidad a Él”. Al final de la audiencia, agradeciendo por la visita, el Pontífice afirmó querer renovar su personal compromiso “en promover la visión anunciada por las futuras generaciones en la Declaración Nostra aetate del Concilio Vaticano II.” (S.L.) (Agencia Fides 13/3/2009; 28 líneas, 419 palabras)


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