AFRICA/KENIA - Asesinado el responsable de la ONG que denunció a los escuadrones de la muerte: “un escenario preocupante”, dicen las fuentes de Fides

viernes, 6 marzo 2009

Nairobi (Agencia Fides)- Aumenta la preocupación en Kenia tras el asesinato de dos activistas de los derechos humanos, Kamau King'ara y Paul Oulu, director ejecutivo y coordinador del Oscar Foundation respectivamente, una organización no gubernamental para la defensa de los derechos humanos. Ambos fueron asesinados ayer por la noche, 5 de marzo, mientras estaban en un coche en el centro de la capital, Nairobi, a causa de disparos de dos asesinos.
Oscar Foundation había denunciado que desde el 2002 habían sido asesinadas unas 1721 personas, casi todas muy jóvenes, consideradas miembros de la secta secreta y fuera de ley de los Mungiki. Otros 6542 simpatizantes o presuntos de la secta han desaparecido.
Estas denuncias son la base del reporte presentado en febrero por el relator especial de las Naciones Unidas para Kenia, Philip Alston, en el que se confirmaba la existencia de escuadrones de la muerte y se pedía la remoción del jefe de la policía y del procurador general.
El doble delito tuvo lugar en el día de protesta organizado por los Mungiki, que paralizó el tráfico de los medios de transporte en muchas ciudades. Hubo graves incidentes, con al menos tres muertos.
“La Oscar Foundation está ligada a los Mungiki, que se han creado un ala política que busca legitimación. Tras la presentación del reporte de la ONU, los Mungiki se sintieron autorizados a intervenir en el campo político para criticar al gobierno”, dice a Agencia Fides una fuente de la Iglesia local, que por motivos de seguridad pide el anonimato.
Kenia sufre las consecuencias del duro enfrentamiento político entre el Presidente Kibaki y el entonces opositor en las elecciones de diciembre del 2007, Raila Odinga. En los primeros dos meses del 2008, el país fue golpeado por los enfrentamientos entre quienes apoyaban a Odinga y las fuerzas del orden y el Presidente. Hubo miles de muertos y más de un millón de personas fueron obligadas a abandonar sus casas. La crisis fue resuelta con la constitución de un gobierno de unidad nacional en el que Odinga es el Primer Ministro.
“A pesar del acuerdo entre Kibaki y Odinga, miles de personas padecen aún en los campos para refugiados internos –recuerda la fuente de Fides-. Se han creado espacios para fuerzas que pueden llevar al caos y a la desestabilización del país. La gente está descontenta con cuanto ha hecho el gobierno de unidad nacional y un movimiento como el de los Mungiki puede encontrar consenso entre los estratos cada vez más amplios de población que padece hambre y vive en la indigencia”.
“En algunos aspectos parece que el país ha retrocedido hasta hace 20 años: creciente inseguridad, corrupción creciente entre las fuerzas de la policía y los exponentes de la política y de la administración, bandas de paramilitares que no solo no han dejado las armas sino que parecen más organizadas y armadas que antes. Millones de personas que pasan hambre a causa de la crisis económica global unida a la carestía provocada por una prolongada sequedad. El incremento de los precios de los víveres de primera necesidad se debe a la especulación de los vendedores que en complicidad con algunos políticos, han acumulado semillas de cereales y productos petrolíferos para aumentar artificialmente su costo”.
Situación que ha sido denunciada por el Cardenal John Njue, Arzobispo de Nairobi y Administrador Apostólico de Muranga en el Mensaje por la Cuaresma del 2009 (ver Fides 27/2/2009).
“Crece la rabia y la frustración entre la población. Dado que los principales partidos políticos de la mayoría y de la oposición están en el gobierno de coalición, se han creado espacios para otras fuerzas, como los Mungiki. Sin embargo no es del todo claro, porque esta secta, que en algunos aspectos recuerda a la mafia y tiene un gobierno paralelo en diversas zonas, no es tan “anti sistema”, como querría hacer creer. La impunidad de la que hasta el momento han gozado deriva probablemente de la complicidad con otros sectores de la política. Tal vez algunos políticos han sido chantajeados por la secta o han establecido relaciones de ayuda recíproca”, concluye la fuente. (L.M.) (Agencia Fides 6/3/2009; líneas 50, palabras 705)


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