ASIA/PAKISTÁN - Fue raptado un funcionario de la ONU: crece la tensión al norte de Pakistán

martes, 3 febrero 2009

Quetta (Agencia Fides) – Crece la tensión en la zona de Quetta, al norte de Pakistán, en la frontera con Afganistán. La policía lazó una “cacería” para localizar al comando de guerrilleros que ha raptado al ciudadano americano John Solecki, funcionario del Alto Comisariato de la ONU para los Refugiados, operante en la zona. Solecki, jefe de la oficina Acnur de la provincia de Baluchistan (de la que Quetta es capital) fue raptado ayer, 2 de febrero, por un grupo de hombres armados que asesinó al chofer del vehículo en el que viajaba, el cual llevaba la enseña de las Naciones Unidas.
Según los observadores y analistas en Pakistán, se trata de un secuestro “político” que pretende enviar una advertencia al gobierno pakistaní y al americano. Son dos los grupos armados sospechosos del secuestro: los así llamados “Talibanes pakistaníes” o las formaciones armadas independentistas que causan disturbios en la región, contrarios a las buenas relaciones entre Pakistán y los Estados Unidos.
La región de Quetta actualmente está en riesgo para los occidentales. La población local, compuesta en gran parte de tribus de etnia pashtun y beluchi está insatisfecha por la política del gobierno central. De allí han surgido grupos armados separatistas, contra los cuales Islamabad ha adoptado una política de fuerte represión.
Luego del rapto de John Solecki han sido reforzadas las medidas de seguridad en todo Pakistán, en las inmediaciones de las oficinas de la ONU. La alarma por posibles secuestros en la región había sido lanzada algunas semanas atrás por organizaciones internacionales y humanitarias.
El Alto Comisario de las Naciones Unidas para los Refugiados, António Guterres, expresó su profunda tristeza y preocupación por el ataque y el rapto de Quetta, asegurando que “se hará todo lo posible para obtener su liberación”.
“La misión Acnur –recordó– se desarrolla en más de 110 países de todo el mundo, incluido Pakistán, y tiene como único fin el de aliviar el sufrimiento de los refugiados, de los desocupados y de los civiles inocentes, de manera absolutamente imparcial y con una óptica netamente humanitaria”.
Además de los occidentales, los trabajadores de empresas extranjeras y los diplomáticos, también están amenazadas en el área las minorías cristianas pakistaníes (ver Fides 17/6/2008 y 28/9/2006). (PA) (Agencia Fides 3/2/2009; líneas 30, palabras 377)


Compartir: