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Stuttgart (Agencia Fides) - Dos palabras pueden sintetizar el advenimiento que ha tenido lugar el sábado 8 de mayo en Stuttgart: fraternidad y unidad. En un momento histórico, decisivo para el presente y el futuro de Europa, más de 150 Movimientos, Comunidades y Grupos católicos, ortodoxos y anglicanos, han dado testimonio, en el ámbito de una Manifestación internacional, que la Europa, libre y democrática tiene dentro de si, los recursos humanos y espirituales para vivir en comunión, y para ser aquello que el sábado era ya visible en forma embrional: una fraternidad unida en el signo del amor.
Europa debe su unidad a la tradición hebreo-cristiana que, a través de los siglos, ha hecho posible vivir juntas a las más diversas tradiciones religiosas y culturales. La fraternidad como amor evangélico vivido por todos, fraternidad como compartir bienes y recursos, igualdad y libertad, profundización del patrimonio cultural común, apertura a cuantos llevan otras culturas y tradiciones religiosas, amor solidario con los débiles y los pobres en las ciudades del continente, sentido profundo de la familia, atención a la vida en todo su camino natural, cuidado de la naturaleza y del ambiente, desarrollo armonioso de los medios de comunicación.
Y sobre todo mediante ésta fraternidad vivida, que Europa puede ser un mensaje de paz; una paz activa, que debe construirse cada día, sobre la base del perdón concedido y pedido. Una paz que quiere construir puentes entre los pueblos, “globalizando” la solidaridad y la justicia. Para esta Manifestación se han conectado con Stoccarda, mediante satélite, 151 ciudades de 29 países europeos, mas 45 ciudades de 33 países de las Americas, Asia, África y Oceanía. (P.L.R.) (Agencia Fides 10/5/2004, líneas 22, palabras 287).
