VATICANO - Benedicto XVI a los Obispos de Irán en visita Ad limina: “El camino que se abre ante vosotros requiere mucha paciencia y constancia. El ejemplo de Dios, que es paciente y misericordioso con su pueblo, será vuestro modelo y os ayudará a encontrar el espacio necesario para el diálogo”

lunes, 19 enero 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Vosotros sois Ordinarios de las Iglesias armenia, caldea y latina. Representáis, por tanto, queridos hermanos, la riqueza de la unidad en la diversidad que existe en el seno de la Iglesia católica y de la que vosotros dais testimonio día a día en la República Islámica de Irán... Hoy como ayer, la Iglesia católica no deja de animar a todos aquellos que llevan en el corazón el bien común y la paz entre las naciones. Por su parte, Irán, puente entre Oriente Medio y Asia subcontinental, no dejará de llevar a cabo esta vocación”. Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI acogió a los Obispos de Irán durante la audiencia del 16 de enero con ocasión de la visita Ad limina apostolorum.
El Papa expresó su agradecimiento por el servicio que los Obispos realizan “en una tierra donde la presencia cristiana es antigua” manifestando también su reconocimiento a los sacerdotes, religiosos y religiosas: “Sé cuán necesaria es su presencia y cuán preciosa es y qué hermoso testimonio ofrecen a todos mediante la asistencia espiritual y humana que aseguran a los fieles, a través de un contacto diario y directo”. El Santo Padre mencionó en particular el cuidado de los ancianos y la asistencia ofrecida a los grupos sociales más necesitados, además recordó la contribución de la Iglesia católica, sobre todo a través de Cáritas, en la obra de reconstrucción tras el terrible terremoto que sacudió la región de Bam. “No puedo olvidar a todos los católicos, cuya presencia en la tierra de sus antepasados trae a la mente la imagen bíblica de la levadura en la masa, que hace levar el pan, le da sabor y consistencia. A través de vosotros, queridos hermanos, quisiera dar las gracias a todos por su constancia y perseverancia, y animarles a permanecer fieles a la fe de sus padres y permanecer unidos a su tierra, para trabajar conjuntamente en el desarrollo de la nación”.
A continuación Benedicto XVI invitó a las distintas comunidades a desarrollar “relaciones armoniosas con las instituciones públicas que, con la gracia de Dios, se profundicen gradualmente y les permita llevar a cabo mejor su misión de Iglesia en el respeto mutuo por el bien de todos”. Y alentó también a promover un mejor conocimiento recíproco, sobre todo a través de dos caminos: “el del diálogo cultural, riqueza plurimilenaria de Irán, y el de la caridad. Esta última iluminará a la primera y será su motor”.
Con particular interés el Papa alentó el cuidado de las vocaciones locales, necesarias para el crecimiento espiritual de los fieles. “Además, la difícil misión de los sacerdotes y de los religiosos les obliga a desplazarse para visitar a las distintas comunidades cristianas diseminadas en el conjunto del país. Para superar esta y otras dificultades, la creación de una comisión bilateral con las autoridades de su país es importante porque permitirá desarrollar las relaciones y la comprensión mutua entre la República Islámica del Irán y la Iglesia católica”.
En la parte final del discurso el Papa citó otro aspecto de la vida cotidiana: “A veces los cristianos en vuestras comunidades también buscan oportunidades más favorables para sus vidas y la educación de sus hijos. Este legítimo deseo se encuentra en personas de muchos países y se basa en la condición humana que siempre está buscando mejorar. Esto os incita a que, como pastores de vuestro rebaño, ayudéis especialmente a los fieles que permanecen en Irán, y los alentéis a mantenerse en contacto con los miembros de sus familias que han elegido un destino diferente. Así, estos últimos serán capaces de mantener su identidad y su fe ancestral. El camino que se abre ante vosotros requiere mucha paciencia y constancia. El ejemplo de Dios, que es paciente y misericordioso con su pueblo, será vuestro modelo y os ayudará a encontrar el espacio necesario para el diálogo”.
“Vuestras Iglesias –concluyó el Santo Padre– son herederas de una noble tradición y de una larga presencia cristiana en Irán. Han contribuido, cada una a su manera, a la vida y la edificación del país. Ellas desean proseguir con su obra de servicio en Irán manteniendo su propia identidad y viviendo libremente su fe. En mi oración, nunca olvido a vuestro país y a las comunidades católicas presentes en su territorio, y pido a Dios que las bendiga y asista”. (S.L.) (Agencia Fides 19/1/2009; líneas 53, palabras 775)


Compartir: