VATICANO - El Papa en el ángelus repite a los emigrantes las palabras del Apóstol Pablo: "en la Iglesia vosotros no sois extranjeros ni huéspedes, formáis parte de la familia de Dios"; invita "a acompañar con la oración los esfuerzos para frenar la tragedia" en la Franja de Gaza y recuerda que "el compromiso ecuménico es todavía más urgente hoy para dar a nuestra sociedad, un signo y un impulso hacia la reconciliación y la paz”

lunes, 19 enero 2009

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado, el domingo 18 de enero, el Santo Padre Benedicto XVI ha retomado en el discurso antes del ángelus, su Mensaje para la ocasión, que en el Año Paulino, "pensando precisamente en san Pablo, como gran misionero itinerante del Evangelio, he escogido como tema "San Pablo migrante, Apóstol de los pueblos". "Pablo pasó a ser "embajador" de Cristo resucitado para darlo a conocer a todos, con la convicción de que en Él todos los pueblos están llamados a formar la gran familia de los hijos de Dios" ha dicho el Papa antes de recitar la oración mariana. "Esta es también la misión de la Iglesia, más que nunca en nuestro tiempo de globalización. Como cristianos, no podemos dejar de experimentar la necesidad de transmitir el mensaje de amor de Jesús especialmente a quienes no lo conocen, o se encuentran en situaciones difíciles y dolorosas”.
Dirigiendo el pensamiento a los emigrantes, Benedicto XVI ha subrayado que su realidad "en algunos casos, gracias a Dios, es serena y bien integrada; otras veces, por desgracia, es penosa, difícil y en ocasiones incluso dramática". A continuación ha asegurado que " la comunidad cristiana dirige su atención a toda persona y a toda familia y pide a san Pablo la fuerza de un nuevo empuje para favorecer, en todas las partes del mundo, la convivencia pacífica entre hombres y mujeres de etnias, culturas y religiones diferentes". Luego ha recordado que todos los cristianos, según la propia vocación, , están llamados a testimoniar el Evangelio allí dónde viven y trabajan, " con una atención más grande por esos hermanos y hermanas que han venido de otros países, por diferentes motivos, a vivir entre nosotros, valorando así el fenómeno de las migraciones como ocasión de encuentro entre civilizaciones”. El Santo Padre ha invitado a rezar y a actuar "para que esto suceda siempre de manera pacífica y constructiva, en el respeto y en el diálogo, previniendo toda tentación de conflicto y abuso", y ha añadido por último, "una palabra especial para los marinos y pescadores, que viven desde hace tiempo mayores problemas. Además de las habituales dificultades, sufren restricciones para atracar en tierra y acoger abordo a los capellanes; afrontan también los riesgos de la piratería y los daños de la pesca ilegal”.
Después del ángelus el Pontífice ha hablado de nuevo sobre el conflicto en la Franja de Gaza con estas palabras: "Sigo con profunda preocupación el conflicto en la franja de Gaza. Encomendemos también hoy al Señor a los centenares de niños, ancianos, mujeres, caídos víctimas inocentes de la inaudita violencia, a los heridos, a quienes lloran a sus seres queridos y a quienes han perdido sus bienes. Os invito, al mismo tiempo, a acompañar con la oración los esfuerzos que numerosas personas de buena voluntad están realizando para detener la tragedia. Espero profundamente que se sepan aprovechar, con sabiduría, las primeras aperturas de tregua y encaminarse hacia soluciones pacíficas y duraderas. En este sentido, renuevo mi aliento a quienes, por una y otra parte, creen que en Tierra Santa hay espacio para todos, para que ayuden a su gente a volver a levantarse de los escombros y el terror y retomar valientemente el camino del diálogo en la justicia y la verdad. ¡Este es el único camino que puede abrir efectivamente un porvenir de paz para los hijos de esa querida región!”
A continuación recordando la Semana de Oración por la unidad de los Cristianos, que se celebra del 18 al 25 de enero, el Santo Padre ha citado el tema bíblico de este año, sugerido por un grupo ecuménico de Corea: "Estarán unidas en tu mano" (Ez 37, 17)". “Acojamos también nosotros esta invitación - ha dicho el Papa - y recemos con mayor intensidad para que los cristianos caminen decididamente hacia la plena comunión entre sí. Me dirijo particularmente a los católicos esparcidos por el mundo para que, unidos en la oración, no se cansen de trabajar para superar los obstáculos que todavía impiden la plena comunión entre todos los discípulos de Cristo. El compromiso ecuménico es todavía más urgente hoy para dar a nuestra sociedad, marcada por trágicos conflictos y por lacerantes divisiones, un signo y un impulso hacia la reconciliación y la paz. Concluiremos esta Semana de Oración en la Basílica Papal de San Pablo Extramuros, con la celebración de las Vísperas, domingo próximo, memoria de la Conversión de San Pablo, quien hizo de la unidad del cuerpo de Cristo un núcleo esencial de su predicación”.
Al término de los saludos en las diversas lenguas, Benedicto XVI se ha dirigido a los representantes de las comunidades católicas emigrantes presentes en Roma: "Queridos amigos, os repito las palabras del apóstol Pablo: en la Iglesia no sois extranjeros ni huéspedes, formáis parte de la familia de Dios. Aprended a integraros en la comunidad eclesial y civil, con la riqueza de vuestra fe y de vuestras tradiciones" (S.L) (Agencia Fides 19/1/2009; rayas 53, palabras 784,


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