VATICANO - Mensaje del Papa durante el rezo del Santo Rosario en el VI Encuentro Mundial de las Familias: " la familia está en el corazón de Dios, Creador y Salvador. Trabajar por la familia es trabajar por el futuro digno y luminoso de la humanidad y por la edificación del Reino de Dios”

lunes, 19 enero 2009

Ciudad de México (Agencia Fides) - "Por su función social esencial, la familia tiene derecho a ser reconocida en su propia identidad y a no ser confundida con otras formas de convivencia, así como a poder contar con la debida protección cultural, jurídica, económica, social, sanitaria y, muy particularmente, con un apoyo que, teniendo en cuenta el número de los hijos y los recursos económicos disponibles, sea suficiente para permitir la libertad de educación y de elección de la escuela". Lo ha afirmado el Santo Padre Benedicto XVI en el Videomensaje enviado a los participantes en el rezo del Rosario que se ha tenido lugar en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de México, el sábado por la tarde, 17 de enero, en el ámbito del VI Encuentro Mundial de las Familias.
Durante la meditación de los misterios gozosos del Santo Rosario se han ido alternando los testimonios de algunas familias cristianas provenientes de los cinco continentes, como “un eco y un reflejo en nuestro tiempo de la historia de Jesús y su familia”, ha dicho el Papa, señalando que tales testimonios “nos han mostrado cómo la semilla del Evangelio continúa germinando y dando fruto en las diversas situaciones del mundo de hoy”.
Recordando el tema del VI Encuentro Mundial de las Familias - "La familia formadora en los valores humanos y cristianos" - el Papa ha subrayado en su Videomensaje que "el ambiente doméstico es una escuela de humanidad y de vida cristiana para todos sus miembros, con consecuencias beneficiosas para las personas, la Iglesia y la sociedad". En el ámbito de la familia se vive y se cultiva el amor recíproco y la verdad, el respeto y la justicia, la lealtad y la colaboración, el servicio y la disponibilidad hacia los últimos. "La familia cristiana ha de estar impregnada de la presencia de Dios, poniendo en sus manos el acontecer cotidiano y pidiendo su ayuda para cumplir adecuadamente su imprescindible misión" ha afirmado el Pontífice quien ha subrayado como es "de suma importancia" la oración en familia y la escucha y la meditación de la Palabra de Dios. " De este modo, se transforma y se mejora gradualmente la vida personal y familiar, se enriquece el diálogo, se transmite la fe a los hijos, se acrecienta el gusto de estar juntos y el hogar se une y consolida más, como una casa construida sobre roca”.
Gracias a la fuerza de la oración, "la familia se transforma en una comunidad de discípulos y misioneros de Cristo. En ella se acoge, se transmite y se irradia el Evangelio" ha subrayado el Papa, recordando la importancia del testimonio de vida y la explícita profesión de fe de los miembros de la familia en los diversos ámbitos de su alrededor y exhortando a la participación en las actividades pastorales de la propia comunidad parroquial, sobre todo aquellas ligadas a la formación catequística de los niños, la preparación de los novios al matrimonio o dirigidas específicamente a la vida familiar.
Los valores vividos en el ámbito de una auténtica vida familiar (libertad, solidaridad, bien común, justicia, perdón…) pueden ser útiles puntos de referencia para las relaciones sociales, con vistas a la construcción de la "civilización del amor”. En efecto " la familia es también célula vital de la sociedad, el primer y decisivo recurso para su desarrollo, y tantas veces el último amparo de las personas a las que las estructuras establecidas no llegan a cubrir satisfactoriamente en sus necesidades”.
El Santo Padre ha concluido su Mensaje exhortando a todos a tener gran confianza, ya que “la familia está en el corazón de Dios, Creador y Salvador. Trabajar por la familia es trabajar por el futuro digno y luminoso de la humanidad y por la edificación del Reino de Dios. Invoquemos unidos humildemente la gracia divina, para que nos ayude a colaborar con ahínco y alegría en la noble causa de la familia, llamada a ser evangelizada y evangelizadora, humana y humanizadora”. (S.L) (Agencia Fides 19/1/2009, Líneas: 49 Palabras: 718)


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