ASIA/SRI LANKA - Mientras el conflicto se hace más violento, la Iglesia pide protección y asistencia para los evacuados

miércoles, 7 enero 2009

Colombo (Agencia Fides) – El conflicto en Sri Lanka ha entrado a una fase en la que el ejército regular está poniendo en acción su máximo potencial bélico para doblegar la resistencia de los rebeldes del Liberation Tiger of Tamil Eelam (LTTE). Al Norte de Sri Lanka los combates son sumamente violentos y la población civil está sufriendo las consecuencias negativas de la guerra y de las evacuaciones.
En los días pasados las tropas de Colombo ocuparon la ciudadela de Kilinochchi, cuartel general y “capital política” de los separatistas de los Tigres Tamil, acertando de esa manera a los guerrilleros uno de los más duros golpes de los últimos años. En el gobierno y en la cúpula militar se respira un aire de satisfacción por los últimos resultados de un conflicto que parece cada vez más favorable al ejército. Con ocasión de la toma de Kilinochchi, el presidente Mahinda Rajapaksa declaró a la nación: “Era el sueño de los ciudadanos de Sri Lanka, sinhala, tamil o musulmanes, que se oponen al separatismo, al racismo y al terrorismo, y buscan desde siempre la paz, la libertad y la democracia. Nuestras heroicas tropas han transformado ese sueño en realidad”.
La avanzada del ejército del Norte de la Isla ha continuado conquistado el control del Elephant pass, un punto estratégico hacia la península de Jaffna, mientras que los militares se preparan para marchar hacia Mullaitivu, que ha quedado como último bastión de los rebeldes de los Tigres. El Elephant pass es una vía de conexión que controla el acceso al istmo que une la península de Jaffna con el resto del país. La península ha sido hasta ahora un enclave del gobierno rodeado de territorios ocupados por las tropas rebeldes.
La Iglesia católica ha pedido siempre moderación en el conflicto, la tutela de los civiles y a la asistencia a los refugiados. En particular la Iglesia local señaló que los rebeldes Tamiles han raptado a 16 muchachos de un orfanato católico al norte de Sri Lanka, en los alrededores de Kilinochchi, para obligarlos a combatir en sus filas.
Con ocasión de la Navidad los Obispos cristianos de Sri Lanka, de todas las confesiones, pidieron una tregua, pero su llamado no fue acogido. Las iglesias cristianas invitaban al gobierno y al LTTE a trabajar en coordinación con la Cruz Roja internacional para crear zonas francas, libres de enfrentamientos, en las que los civiles pudieran refugiarse de la violencia.
Su Exc. Mons. Thomas Savundaranayagam, Obispo de Jaffna, hizo un llamado a más de 200mil civiles que en su diócesis han sido obligados a dejar sus casas y viven como “refugiados internos” en áreas lejanas del conflicto: “Estoy muy preocupado. Los civiles se encuentran en medio de un conflicto. Dejan casas y aldeas y no saben que cosa hacer o donde ir. Son urgentes las ayudas humanitarias y la asistencia médica. A los buses con la ayuda no le es permitido llegar a estas zonas. Que el Señor proteja a estas familias de la guerra”. (PA) (Agencia Fides 7/1/2009; líneas 33, palabras 499)


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