AFRICA/KENYA - “La Navidad nos enseña a rechazar la humana tendencia a confiar en el poder y la fuerza terrenales”: Carta Pastoral del Cardenal Njue

viernes, 19 diciembre 2008

Nairobi (Agencia Fides) – “La Navidad revela al mundo del modo de pensar de Dios”, afirma el Cardenal John Njue, Arzobispo de Nairobi (Kenya), en la Carta Pastoral para la Navidad del 2008 que ha sido publicada en inglés y en kishawili.
En un país todavía lacerado por tensiones y conflictos, en el que se advierte en ciertos estratos de la población la tentación del dinero a cualquier costo y de querer resolver los problemas con la violencia, el Cardenal recuerda que “el signo dado a los pastores para reconocer a Jesús niño es sorprendente. No se les dice que encontrarán un niño envuelto de luz, con el rostro de un ángel, una aureola sobre la cabeza o circundado de una corte celestial. ¡Nada de eso! Se les dice que encontrarán un niño absolutamente normal con una sola característica particular: pobre entre los pobres”.
“Este nacimiento –prosigue el Cardenal– revela desde el inicio, de manera clara, el modo de pensar de Dios. Algunas personas tienden a pensar que el poder del mal puede ser superado usando sus armas: el dinero, el engaño, la corrupción. Ellos piensan además que la violencia puede ser eliminada con una violencia peor; guerras sanguinarias que pueden ser frenadas sólo con otras guerras más sanguinarias. En cambio del mensaje de la noche de Navidad nos habla de un Dios que escoge la pobreza y la debilidad, y nos enseña a rechazar la humana tendencia a confiar en el poder y la fuerza terrenales. Una lógica que también nosotros los cristianos corremos el riesgo de ignorar y de no lograr aceptar”.
Por ello, “desde su nacimiento, Jesús escogió estar entre aquellos que viven en los estratos más bajos de la sociedad: los pecadores, los marginados, aquellos que padecen grandes sufrimientos, y aquellos que no saben nada. Son ellos, no los “justos”, los que esperan con ansias la Palabra de Dios salvífica y liberadora. Jesús continúa y permanece junto a estas personas, dirigiéndose a ellos con un lenguaje simple, haciendo uso de sus parábolas. Él comparte sus alegrías y sufrimientos; está de su parte contra cualquiera que busque marginarlas de la sociedad. Los pobres, los ignorantes, los despreciados lo reconocen inmediatamente y lo acogen con alegría, ya que Jesús viene a transformar y a mejorar su propia situación”.
“Por otra parte están aquellos que poseen: los ricos, los poderosos, los señores de la guerra, aquellos que viven en sus palacios lejos de las personas y de sus problemas, convencidos de saberlo todo y poseyendo todo aquello necesario para ser felices; y a veces corren el riesgo de pensar que son autosuficientes. A estas personas cuesta mucho esfuerzo ver las exigencias de aquellos que no tienen. También para esta categoría de personas ha venido Jesús, para ayudarles a encontrar la felicidad en compartir aquello que tienen”.
El Cardenal concluye su mensaje expresando el deseo de que “el fuego del amor y la pasión por la justicia nos muevan a ir en busca de la auténtica solidaridad”. (L.M.) (Agencia Fides 19/12/2008; líneas 36, palabras 508)


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