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Sydney (Agencia Fides) - La Navidad 2008 estará invadida por un sentido de incertidumbre y precariedad, debido a la crisis económica que ha afectado a la nación y a las familias. Por ello, más que nunca "todos nosotros buscamos las tradicionales bendiciones del tiempo de Navidad: alegría, paz y buena voluntad": es cuánto afirma el Mensaje navideño de la Conferencia Episcopal de Australia, firmado por el Presidente del episcopado, Su Exc. Mons. Philip Wilson, Arzobispo de Adelaide.
El arzobispo reconoce que las organizaciones asistenciales y los servicios sociales perciben de cerca las dificultades de las familias, de las personas sin trabajo, de los cada vez más numerosos nuevos pobres, afectados por la crisis económica.
El Mensaje infunde ánimo y esperanza a los fieles y a toda la población australiana, recordando el Misterio de la Navidad: Jesús que no nace en el bienestar o en el lujo, sino en la pobreza. Cuándo Dios se hizo hombre, dice el texto, no eligió ganar cifras multimillonarias (…). Jesucristo nació de una joven humilde y fue criado por un carpintero. A pesar de estos humildes orígenes Jesucristo tuvo un profundo impacto sobre el mundo y sigue estando presente en la vida de los pueblos hoy".
El Arzobispo recuerda que el amor de Dios hacia cada hombre no cambia y no termina: "Esta Navidad, los cristianos en todo el mundo encontrarán fuerza en la conciencia de que todo ser humano es precioso, habiendo sido creado individualmente y amados por Dios. Dios nos ama tanto che el mismo se hizo hombre”.
Todo fiel - concluye el texto - está llamado a acoger a Jesucristo dentro de si y en la propia vida: "Entonces los acontecimientos que se suceden a nuestro alrededor comienzan a tener un sentido. Esperanza, alegría y paz comienzan a vencer la ansiedad y el miedo". (PA) (Agencia Fides 19/12/2008)
