ASIA/MYANMAR - “Los frutos de la misión en Myanmar: aumentan los bautismos y las vocaciones, crece la Iglesia, rezando y trabajando por la paz”: entrevista de Agencia Fides a Su Exc. Mons. Charles Maung Bo, Arzobispo de Yangon

jueves, 18 diciembre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides)- “La Iglesia en Myanmar crece no obstante las dificultades: hace 30 años los católicos eran 390.000 (datos de 1978); ahora son 650 mil a lo largo de 14 diócesis. Bautismos y vocaciones al sacerdocio están en aumento, y nuetro futuro está lleno de esperanza”. Es cuanto declara en una entrevista a Agencia Fides Su Exc. Mons. Charles Maung Bo, Arzobispo de Yangon, en un seminario que se realiza en Roma y organizado por Caritas Internationalis. Agencia Fides le hizo algunas preguntas sobre la Iglesia local.

¿Cómo procede la vida de la Iglesia en Myanmar y su misión?
La Iglesia está viva y genera siempre nuevos hijos. La misión procede bien en las diócesis más grandes como Yangon y Mandalay, mientras en otras e más difícil, considerando la morfología del territorio. En el pasado tuvimos el don de muchos misioneros que contribuyeron a hacer crecer el Evangelio en Myanmar. Hoy la evangelización es conducida, en particular en las áreas tribales, sobre todo por catequistas y laicos. Además del aspecto espiritual, llevamos a cabo servicios sociales, instrucción, ayuda a la gente pobre: muchos vienen a nosotros espontáneamente para pedir ser bautizados. Y los frutos se ven: hace solo 30 años los católicos en Myanmar eran 390 mil (datos de 1978); ahora son 650 mil a lo largo de 14 diócesis.

¿Cómo son actualmente las relaciones con el gobierno?
El gobierno nos respeta: gozamos de libertad de culto y de misión. Podemos sacar adelante actividades pastorales y sociales, pero tenemos algunas dificultades en la construcción de nuevas iglesias o en el ingreso de misioneros al país. También nosotros respetamos las autoridades y tratamos de mantener buenas relaciones a nivel local y nacional. A veces las autoridades temen que nuestros frecuentes contactos con la Iglesia universal, fuera del país, puedan generar una abierta oposición de la Iglesia hacia el gobierno. Pero según la Doctrina Social de la Iglesia, no entramos directamente en cuestiones políticas. Tratamos de hacer todo lo posible para convivir con esta situación y cuidar del pueblo de Dios. La Iglesia siempre ha demostrado estar de la parte de la gente, poniendo a disposición sus recursos, llevando consolación, ayuda y asistencia a la población birmana. Exhortamos a los fieles a rezar por la nación y buscamos siempre el dialogo con las autoridades civiles.

¿Cuál es la situación de las vocaciones?
Las vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa están creciendo: son suficientes para las necesidades de la Iglesia en Myanmar y para las misiones. En el seminario interdiocesano de Yangon, el único para las diócesis del país, viven actualmente 300 seminaristas. Cada año se celebran 4-5 ordenaciones sacerdotales en cada diócesis. Nutrimos buenas esperanzas por el futuro de la Iglesia.

¿Nos puede hablar del compromiso de los laicos?
Los laicos están cada vez más involucrados en la pastoral de la Iglesia, en el gobierno, en la organización de las comunidades, en la catequesis y en la evangelización de las aldeas más lejanas. Estamos muy contentos del crecimiento y maduración del laicado en Myanmar, considerando también el compromiso cada vez mayor en las actividades sociales.

¿Cómo estáis viviendo el Año de San Pablo?
Para nosotros el Año Paulino es una ocasión de fuerte y sentida comunión con la Iglesia universal. Lo hemos inaugurado solemnemente y estamos acompañando a los fieles en la lectura y meditación de los textos del Apóstol: es este el focus más importante. En la Arquidiócesis de Yangon viviremos el 2009 como “Año de la Palabra de Dios” y en esto San Pablo será un ejemplo. Además es una oportunidad de misión: especialmente con la Congregación de los “Hermanos y Hermanas de San Pablo”, instituto de derecho diocesano, hemos puesto en práctica numerosas iniciativas de evangelización en el territorio de Yangon.

¿Cómo celebraréis la Navidad?
Celebraremos con la Santa Misa en todas las diócesis y parroquias. La Navidad es para nosotros ocasión para dar un mensaje fuerte a nuestra gente, para acercar a nuevas personas, para vivir un momento de concordia con los fieles de otras religiones que vienen a saludarnos. Mi mensaje de este año estará centrado en el amor por los más pobres: Cristo se hace pobre y podemos encontrarlo en los pobres. Además Cristo es el Verbo de Dios, la Palabra hecha carne: recordaré a los fieles que hoy la Palabras de Dios es nuestra vida y la fuente de nuestra misión.

¿Cómo son las relaciones ecuménicas y con las otras comunidades religiosas?
Tenemos óptimas relaciones con las otras confesiones cristianas, sobre todo con los fieles Bautistas: compartimos encuentros de oración y de formación.
Con los budistas (mayor parte de la población) y los musulmanes, existe un respeto recíproco y estima. Cooperamos en lo social, como se dio en ocasión de la ayuda humanitaria llevada tras el ciclón Nargis en mayo pasado. (PA) (Agencia Fides 18/12/2008; líneas 70, palabras 840)


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