VATICANO - Comunicado final del Coloquio organizado por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y por la World Islamic Call Society de Trípoli

jueves, 18 diciembre 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Al final de la audiencia general del miércoles 17 de diciembre, el Santo Padre Benedicto XVI encontró en una de las salas del Aula Pablo VI a los participantes al Coloquio organizado conjuntamente por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y la World Islamic Call Society, de Trípoli, en Libia. En el comunicado difundido al final de los trabajos, se recuerda que el coloquio, que se llevó a cabo en Roma del 15 al 17 de diciembre, sigue a otros encuentros, que iniciaron en 1976 a través de la Conferencia cristiano-musulmana de Trípoli, y que se desarrollaron luego regularmente desde 1989 hasta hoy.
La delegación católica está presidida por el Cardenal Jean-Louis Tauran, Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, mientras que la delegación musulmana fue guiada por el señor Rabou, jefe del departamento de Conferencias, Organizaciones internacionales y Ayuda, en el ámbito de la World Islamic Call Society.
El tema del coloquio fue “Responsabilidad de los líderes religiosos, en particular en tiempo de crisis”, subdividido en tres subtemas: responsabilidades religiosas; responsabilidades culturales y sociales; tiempos de crisis sobre la vía del diálogo interreligioso.
Los participantes católicos y musulmanes han concordado sobre los siguientes puntos.
1. La primera y más importante responsabilidad de los líderes religiosos es de tipo religioso, según las respectivas tradiciones religiosas, y consiste en observar fielmente estas últimas a través de la enseñanza, las buenas obras y el ejemplo, y asimismo servir a las propias comunidades para la gloria de Dios.
2. Considerando el papel que las religiones pueden y deberían tener en la sociedad, los jefes religiosos deben llevar a cabo un papel cultural y social, promoviendo valores éticos fundamentales como la justicia, solidaridad, paz, armonía social y el bien común de la sociedad en su totalidad, en particular con respecto a los necesitados, a los inmigrantes y a los oprimidos.
3. Los líderes religiosos tienen una responsabilidad especial con los jóvenes, que requieren de particular atención para no ser víctima del fanatismo y del radicalismo religiosos, recibiendo en cambio una buena educación que los ayude a ser constructores de puentes y artífices de paz.
4. Considerando el hecho de que a nivel nacional e internacional son posibles crisis de diversa naturaleza, incluidas las relacionadas a las relaciones religiosas, los jefes deberían aprender a prevenir, a afrontar y a resolver estas particulares situaciones, evitando que degeneren en violencia confesional. Ello requiere de un respeto y un conocimiento recíprocos, cuidando tanto las relaciones personales cuanto la confianza recíproca, de modo que se esté en capacidad de afrontar juntos las crisis cuando se manifiesten.
Las dos partes están de acuerdo en tener el próximo coloquio en Trípoli dentro de dos años. (S.L.) (Agencia Fides 18/12/2008; líneas 34 palabras 452)


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