ASIA/CINA - También en las parroquias chinas se difunde la "Corona de Adviento”, mientras los fieles se preparan para a fiesta de S. Francisco Javier

martes, 2 diciembre 2008

Pekín (Agencia Fides) - Las comunidades católicas chinas del continente han celebrado el inicio del año litúrgico, el primer domingo de Adviento, en comunión con el Santo Padre y con la Iglesia Universal, preparándose a la llegada del Señor. Además para la comunidad china este período también asume otro sentido especial, porque se acerca la fiesta de San Francisco Javier, Patrono de las Misiones y de la misión en China, en el ámbito del Año Paulino que se está celebrando en toda la Iglesia. Muchas comunidades, sobre todo gracias a los sacerdotes y religiosas que han estudiado en el extranjero, han adoptado como símbolo de los cuatro domingos de Adviento, la corona de Adviento.
Los fieles de la parroquia de Qing Cun a Shanghai han hecho la primera corona de Adviento con sus propias manos, bajo la guía de las religiosas. Y también era la primera vez que los fieles veían una corona de Adviento. Durante la celebración de la Misa del primer domingo de Adviento, el sacerdote ha explicado a los fieles el sentido de la corona, y todos los feligreses entre los que se ha despertado la curiosidad y el beneplácito. Durante la celebración que tuvo lugar la tarde del 29 de noviembre en la parroquia de Quan Zhou de la provincia de Fu Jian, se bendijo la corona de Adviento y el sacerdote animó a todos los fieles a juntarse alrededor de la corona para esperar en oración la llegada del Señor.
La corona de Adviento es de origen Luterano, proviene de la Alemania oriental y es el símbolo del Adviento presente en las casas y comunidades de los cristianos desde el siglo XVI. Anuncia la cercanía de la Navidad suscitando la oración común. Es un himno a la naturaleza que recuerda la vida, la luz que vence las tinieblas, a Cristo, verdadera luz que viene a vencer las tinieblas del mal y de la muerte. La corona está hecha de hojas de abeto o pino, en todo caso de ramas frescas no artificiales porque es señal de la esperanza y de la vida. El círculo que se realiza con las ramas de la corona es un signo de eternidad y de unidad. Según la tradición, las cuatro velas son la vela de la Profecía; de Belén; de los Pastores y de los Ángeles. Las velas se van encendiendo una cada semana, el sábado por la tarde o el domingo, cuando toda la comunidad o la familia está reunida. El momento de encender el cirio va acompañado por cantos e invocaciones de la llegada del Señor y concluye con un canto a la Virgen Maria. (NZ) (Agencia Fides 2/12/2008)


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