AMERICA/EL SALVADOR - Mensaje Final del Secretariado de los Obispos de América Central: “No puede haber persona, grupo o institución de la Iglesia que no oriente su formación y acción hacia la misión”

martes, 2 diciembre 2008

San Salvador (Agencia Fides) – “La alegría de ser discípulos y misioneros de Jesucristo” es el título del Mensaje final de la Asamblea Secretariado de los Obispos de América Central (SEDAC) celebrada del 24 al 27 de noviembre en la ciudad de El Salvador.
En su mensaje los Obispos recuerdan a todos su llamada a ser discípulos y a ser enviados, dentro del contexto de la Gran Misión continental a la que convocó Aparecida “que, más que un momento o una acción puntual, es poner a toda la Iglesia en “estado permanente de Misión”, recuperando su identidad propia”. Este llamamiento a la misión, continua el Mensaje, “comporta la adecuación de las personas, de las estructuras eclesiales para que pueda darse el paso de una pastoral de mera conservación a una pastoral de decidida acción misionera”, lo cual supone según recuerdan que “no puede haber persona, grupo o institución de la Iglesia que no oriente su formación y acción hacia la misión”. Se trata pues de “despertar a nuestras comunidades cristianas para aprovechar este tiempo de gracia; implorar y vivir un renovado Pentecostés en todas ellas, estimulando la vocación y acción misionera de los bautizados”.
Por otro lado recuerdan que todo discípulo y misionero “debe ser un agente promotor de la vida”. En este sentido elevan una acción de gracias por todos los sacerdotes y religiosos que “sirven en nuestras Iglesias particulares con fidelidad a su vocación y con entrega generosa al pueblo de Dios”, así como los numerosos catequistas, delegados de la Palabra, servidores de los enfermos, ministros extraordinarios de la comunión, que “se entregan con generosidad al anuncio y propagación del Evangelio”. Y realizan un llamamiento a los laicos “a asumir su vocación de impregnar las estructuras humanas, culturales, sociales, económicas y políticas, del espíritu del Evangelio, de tal manera que nuestra sociedad sea transformada”.
“Acompañamos el sufrimiento de tanto hermanos y hermanas que han sido deportados desde los Estados Unidos y México – continúan los Obispos - tratados de modo indigno a su condición de personas”. Al mismo tiempo agradecen y apoyan la actitud solidaria de los Obispos de los Estados Unidos “para lograr una reforma migratoria con rostro humano”.
Respecto al ámbito político, los Obispos piden profundizar los procesos democráticos, “no sólo en la emisión y el recuento de los votos, que es necesario, sino también en el manejo de las campañas, en la elaboración de los programas de gobierno y, además, en la rendición de cuentas de la gestión pública”. Y recuerdan que el poder político es legítimo cuando “está acompañado de una voluntad de servicio al bien común y de una búsqueda de soluciones efectivas a los problemas que aquejan a la población, especialmente a los más pobres y marginados”.
Otro tema que preocupa a los Obispos es la familia que está sufriendo un creciente deterioro “estimulado por los mensajes y actitudes negativas que se proponen a los niños y jóvenes desde los medios de comunicación”. Para ello, proponen impulsar “una pastoral familiar vigorosa, que invite a las personas a descubrir la belleza de su vocación al matrimonio cristiano, a defender la vida humana desde su concepción a su término natural y a construir hogares en los que los hijos se eduquen en el amor a la verdad del Evangelio y en los sólidos valores humanos”.
Por último, los Obispos recuerdan la visita realizada durante el encuentro a la tumba de Monseñor Romero, manifestando el deseo de que su testimonio sea reconocido oficialmente por la Iglesia. (RG) (Agencia Fides 2/11/2008)


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