AMERICA/COLOMBIA - Conclusiones del Primer Encuentro Continental Latinoamericano sobre la Pastoral de la Carretera promovido por el Consejo Pontificio de la Pastoral con Migrantes e Itinerantes, en colaboración con el Consejo Episcopal Latinoamericano

lunes, 1 diciembre 2008

Bogota (Agencia Fides) – El Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e itinerantes ha publicado el documento final del Primer Encuentro Continental Latinoamericano sobre la Pastoral de la Carretera realizado del 19 al 24 de octubre, en la sede de la Conferencia Episcopal Colombiana en Bogotá, promovido por el Consejo Pontificio de la Pastoral con Migrantes e Itinerantes, en colaboración con el Sector de Movilidad Humana del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) (ver Fides 16/10/2008 y 21/10/2008). El tema del encuentro era “’Jesús en persona se acercó y caminaba con ellos’ (Lc 24,15), la Pastoral de la carretera/calle: juntos en el mismo camino’” y participaron representantes de 11 países (Argentina, Bahamas, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Perú e Italia).
Cada uno de los días del Encuentro ha estado dedicado a las cuatro categorías distintas de la pastoral de la carretera: los usuarios de la carretera (automovilistas, conductores de camiones, etc) y los de las ferrovías, las mujeres victimas de la explotación sexual, los niños de la calle y los transeúntes.
Respecto a los usuarios de la carretera el encuentro ha evidenciado como “también la carretera es un ámbito de la acción pastoral de la Iglesia”. Además “debido al creciente tráfico de bienes y movimientos de personas, el número de camioneros y transportistas en las carreteras seguirá aumentando” y a causa de una siempre más fuerte competición a nivel mundial, también se intensificará “la presión sobre su condición de vida y trabajo”. Constituyen personas cuyas vidas se ven continuamente afectadas por la “variabilidad y la inestabilidad, la inseguridad y el peligro”. Dentro de este campo de personas el encuentro ha propuesto entre otras cosas: Orientar a los fieles y promover acciones respecto a los principales factores relacionados con las muertes y lesiones causadas por el tránsito, así como su prevención; Trabajar conjuntamente con los Organismos estatales para promover, con todos los medios, una correspondiente y adecuada educación; invertir en la formación de los agentes de esta pastoral e involucrar también a sindicalistas, empresarios y a las autoridades.
Respeto a la pastoral para la liberación de las mujeres de la calle, el encuentro ha evidenciado que “el comercio de seres humanos, en particular de mujeres, menores de edad, niños y niñas, se ha convertido en un poderoso negocio global, el tercer crimen más lucrativo a nivel planetario después del tráfico de armas y drogas”. Existen además muchas dificultades para reconocer a trata de personas con fines a la explotación sexual como un delito, sobre todo por una “cierta invisibilidad del fenómeno, producto de una actitud que niega que las personas en situación de prostitución sean también víctimas”.
Respecto a las causas se señalan en primer el origen de las víctimas muchas de las cuales “provienen de hogares disfuncionales y, buscando salir de su situación, se convierten en presa fácil para los criminales reclutadores”. Además ha aumentado su notablemente numero “por motivos de orden económico, social y cultural”. Si bien el trabajo de las congregaciones religiosas que ya se lleva a cabo es altamente positivo, “sin embargo, la intervención de la Iglesia y de las entidades gubernamentales no ha sido adecuada o suficiente para lograr mejores resultados, hasta ahora”, se lee en el comunicado. Entre las recomendaciones realizadas que ha surgido del encuentro en este campo destaca: Promover una renovada solidaridad en la Iglesia; Crear redes de trabajo para que el enfrentamiento de la realidad de la prostitución y de la trata de personas sea más eficaz; Asistir de manera integral a las víctimas del tráfico de personas; Denunciar proféticamente las injusticias, la violencia, la acción de las bandas criminales dondequiera que sea y en cualquier circunstancia que se presente.
La tercera categoría se refería a los niños de la calle entre los que el encuentro ha diferenciado claramente los llamados niños “en” la calle y niños “de” la calle. Los primeros que son los más numerosos “son los que pasan la gran parte del día en la calle, realizando tal vez algún tipo de trabajo, y mantienen el contacto familiar. En cambio, los niños “de” la calle están sin hogar y los vínculos familiares son inexistentes”. Efectivamente “los niños que sufren el rechazo de sus familias con mayor facilidad huyen a las calles y se tornan fácilmente víctimas del trafico de drogas y de organizaciones criminales, cuando no terminan en prisión”. Se ha constado en el encuentro que en varios países del continente Latinoamericano se han desarrollo importantes actividades de atención, promoción y defensa de los derechos de los jóvenes, adolescentes y niños de la calle. Pero todavía queda mucho por hacer. Entre las propuestas se encuentran: Desarrollar proyectos pastorales específicos para la evangelización y asistencia de los niños de la calle; Realizar el apostolado en favor de los niños y niñas de la calle en conjunto con la pastoral para la familia; Proporcionar hogares seguros y protegidos, asistencia médica, psicológica, terapéutica, espiritual y educativa a los niños de la calle; Instar a los gobiernos para que implementen las leyes que protejan a los niños y reconozcan sus derechos; Considerar la posibilidad de familias sustitutas, cuando no hay condiciones efectivas de reintegrar a los niños de la calle a sus familias naturales.
Por último, respeto a las personas sin techo, constituye “un grupo heterogéneo que tiene en común la miseria absoluta, vínculos familiares frágiles o despedazados, el hecho de no poseer vivienda convencional normal y hacer de la calle su espacio para vivir”. El encuentro ha destacado algunas de las cualidades que deben guiar al agente pastoral que trabaje con estas personas, dado que es un trabajo normalmente difícil, como son “la capacidad de acogida fraterna, inserción, constancia y la capacidad de superar los frecuentes fracasos”. Entre las recomendaciones para la pastoral en este campo el encuentro ha destacado: Establecer vínculos con la gente de la calle que permitan crear relaciones de confianza y participación eclesial; Promover la participación de las personas de la calle en asociaciones católicas, movimientos eclesiales y nuevas comunidades; Promover el voluntariado; Desarrollar actividades de denuncia y de sensibilización ante la sociedad civil y gobiernos; Establecer redes de colaboración; Promover grupos de catequesis que preparen a las personas sin techo al encuentro con el Señor en los Sacramentos y en la Palabra de Dios. (RG) (Agencia Fides 1/12/2008)


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