ASIA/INDIA - "Los cristianos en Orissa sólo desean volver a una vida normal, en armonía y paz con todos, en el respeto de los derechos constitucionales" Entrevista a Su Exc. Mons. Stanislaus Fernandes, Secretario General de la Conferencia Episcopal Indiana

miércoles, 29 octubre 2008

Nueva Delhi (Agencia Fides) - No buscan privilegios, tan sólo paridad de oportunidades y derechos constitucionalmente garantizados a todos los ciudadanos indianos. Los cristianos en Orissa no buscan venganza sino que sólo desean volver a una vida normal, en armonía y en paz con todos. Es cuánto afirma en un coloquio con la Agencia Fides, Su Exc. Mons. Stanislaus Fernandes, S.I, Secretario General de la Conferencia Episcopal Indiana. La Iglesia indiano ha recibido consuelo y conforto de las palabras de Benedicto XVI y de los repetidos llamamientos a favor de los cristianos de la India, pronunciados durante el Sínodo de los Obispos. Pero hoy vive un momento de luto, silencio y oración para la trágica muerte del P. Bernard Digal, de la archidiócesis de Cuttack-Bhubaneshwar, en Orissa, violentamente golpeado y herido el 25 de agosto por los radicales hindúes, y que falleció ayer, 28 de octubre, como consecuencia de las lesiones sufridas.
A continuación la entrevista que Mons. Fernandes ha concedido a Fides:

¿Cómo ha acogido la Iglesia indiano los recientes llamamientos del Santo Padre para los cristianos en India, durante y en la conclusión del Sínodo de los Obispos?
En los llamamientos del Santo Padre hemos sentido su solicitud pastoral hacia todas las Iglesias y todos los pueblos que sufren. Recibimos un gran consuelo de sentir su cercanía también después de la trágica muerte del primer sacerdote indiano a causa de las violencias. Durante el Sínodo, rodeado por Obispos y Patriarcas de diversas comunidades que afrontan dificultades y humillaciones, el Santo Padre se ha sentido unido espiritualmente a los sufrimientos de tantos cristianos en muchas partes del mundo. El Pontífice ha expresado su preocupación por las tragedias que están sufriendo países como Irak e India. Esperemos que su llamamiento de paz sea escuchada por todos los hombres de buena voluntad.

¿Es posible que los líderes civiles y religiosos en India comiencen realmente a actuar y realicen todos los esfuerzos posibles para detener la violencia?
El Primer Ministro indiano, refiriéndose a los hechos de Orissa, ha hablado de "vergüenza nacional". El Ministro de Interior, en una reciente discusión en el Parlamento, prometió una ley para contrastar la violencia sectaria e intercomunitaria. Todos esperamos que se despierte la conciencia colectiva por el grito de las madres y el llanto de los niños que han huido a la selva o se encuentran en los campos de refugiados en Orissa. Es necesario que todos los que han incitado los ánimos a la violencia se conviertan a la paz y a la armonía. La campaña de odio contra los cristianos en Orissa no se podrá eliminar de golpe: requiere la conversión del corazón. La del Santo Padre es una voz que los líderes civiles y religiosos deben escuchar. Pero no es fácil que eso ocurra.

¿Cuáles son las urgencias para las minorías religiosas, cristianas y no cristianas, en el país? ¿Cuáles son vuestras esperanzas?
Ante todo la urgencia es hacer que los prófugos de Orissa que fueron expulsados de sus aldeas, vuelvan a su vida, a sus casas y a sus propiedades, en condiciones de seguridad, en armonía con sus vecinos Un justo y adecuado reembolso por las destrucciones, sería el inicio de este proceso, pues la pérdida de la paz, el miedo, los traumas psicológicos, la desesperación, son difíciles de medir.
La Iglesia sólo pide que se respeten los derechos garantizados por la Constitución para los cristianos y para las otras minorías religiosas en India, aplicándolos en espíritu y verdad, con justicia. Las injustas discriminaciones que sufren los cristianos deben desaparecer. La pequeña minoría cristiana ha dado siempre una contribución en la construcción del bien común nacional. Seguiremos desarrollando nuestro papel de servir a la nación indiana hasta el último respiro, siguiendo el ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo. (PA) (Agencia Fides 29/10/2008)


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