AMERICA/COLOMBIA - Primer Encuentro Continental Latinoamericano de Pastoral de la Carretera promovido por el Consejo Pontificio de la Pastoral con Migrantes e Itinerantes, en colaboración con el Consejo Episcopal Latinoamericano

jueves, 16 octubre 2008

Bogota (Agencia Fides) - Se va a realizar del 19 al 24 de octubre, en la sede de la Conferencia Episcopal Colombiana en Bogotá, el Primer Encuentro Continental Latinoamericano de Pastoral de la Carretera, promovido por el Consejo Pontificio de la Pastoral con Migrantes e Itinerantes, en colaboración con el Sector de Movilidad Humana del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Este acontecimiento es el primer congreso sobre este tema, y comprende cuatro categorías distintas de pastoral de la carretera: “los usuarios de la carretera (automovilistas, conductores de camiones, etc) y los de las ferrovías, quienes trabajan en los diversos servicios relacionados, las mujeres y los niños de la calle, y los transeúntes”. En el encuentro que tiene por lema “Jesús en persona se acercó y caminaba con ellos (Lc 24,15). Pastoral de la Carretera: un camino juntos”, participarán cerca de 50 personas, procedentes de 13 países entre Obispos, sacerdotes, religiosos, miembros de asociaciones de apostolado y voluntariado. Los principales objetivos del Encuentro son: ofrecer a los diversos agentes de pastoral la oportunidad de compartir sus experiencias, metodologías, éxitos y dificultades; estudiar las diversas realidades globales y locales de las personas que viven en la calle; localizar nuevas vías para la promoción de la dignidad de toda persona humana; encontrar nuevas estrategias de colaboración con los organismos estatales y civiles y del voluntariado; consolidar la toma de conciencia eclesial sobre la presencia de personas que viven en la calle y animar a las comunidades locales y parroquiales a ser acogedores con ellos; ampliar la perspectiva del Consejo Pontificio en la comprensión de la pastoral de la carretera de cara a una mayor ayuda a aquellos que trabajan en este apostolado.
Según los datos ofrecidos por el Consejo Pontificio, respecto a la primera categoria, esto es, los usuarios de la carretera el dicasterio explica que “como consecuencia de las transgresiones y de la negligencia, cada año, en las carreteras de todo el mundo, mueren 1,2 millones de personas, mientras que los heridos son 50 millones. Se estima que en el continente Latinoamericano las víctimas son cerca de 122.000, con entre 30 y 50 heridos por cada muerte”.
Las consecuencias a causa de las lesiones provocadas por los accidentes “agravan la pobreza de muchas familias e influyen negativamente en el futuro de las naciones”, sobre todo cuando afecta a los jóvenes.
Respecto a las mujeres de la calle, cuyo número “ha crecido dramáticamente en el mundo”, es importante “reconocer que la explotación sexual, la prostitución y el tráfico de seres humanos son actos de violencia y, como tales, constituyen una ofensa a la dignidad femenina y una grave violación de derechos humanos fundamentales”. En América Latina es una realidad que está muy difundida.
La tercera categoría, los chicos de la calle constituyen “indudablemente uno de los desafíos más comprometedores e inquietantes de nuestro tiempo, también para la Iglesia, además de para la sociedad civil y política”.Según las estimaciones de Amnistía Internacional, son cerca de 100 millones de jóvenes, mientras que la Organización Internacional del Trabajo los estima en 150 millones. 50 millones de ellos “viven o trabajan en las calles del Continente Latinoamericano y el Caribe”, y el fenómeno “está creciendo casi en todas partes”, representando “una auténtica emergencia social, además de pastoral”.
En cuanto a los transeúntes, constituyen “una realidad compleja, no uniforme, compuesta por personas de edades, trayectorias y situaciones muy distintas”. Se calcula que hay más de mil millones de personas “sin techo”, incluyendo aquellos que están sin domicilio fijo, y que cada día mueren alrededor de 50.000 personas, mayormente mujeres y niños, a causa de la miseria de sus refugios, por agua contaminada o por condiciones sanitarias inadecuadas. En América Latina y el Caribe, son cerca de 127 millones las personas que no tienen casa o que viven en poblados de chabolas.
Frente a este dramático panorama, la Iglesia “no puede no intervenir”, y de hecho existen ya “muchas iniciativas específicas eclesiales y acuerdos de colaboración con organismos civiles y estatales”. Este encuentro Bogotá “pretende no sólo estudiar la respuesta eclesial a las necesidades primarias de estas personas, sino también a desarrollar nuevas estrategias para la promoción de la dignidad y del valor de toda persona, y de su evangelización”. (RG) (Agencia Fides 16/10/2008)


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