AFRICA/GUINEA - “El pueblo espera un futuro mejor”, afirma el Arzobispo de Conakry a 50 años de la independencia del país

viernes, 3 octubre 2008

Conakry (Agencia Fides) - “La República de Guinea ha festejado 50 años de independencia en la incertidumbre y en la espera de un futuro mejor. La ausencia del Jefe de Estado, Lansana Conté, en las ceremonias oficiales, sustituido por la mujer en vez que por el Primer Ministro, como prevé el protocolo, es la enésima demostración de que no somos una verdadera democracia sino un régimen conducido en familia”, dice a la Agencia Fides una fuente de la Iglesia local de Conakry, capital de Guinea, donde ayer, 2 de octubre, se celebraron los 50 años de la independencia de Francia. En la ceremonia oficial, iniciada con un retraso notable, estaban presentes los Jefes de Estado de 7 países africanos, pero no el Presidente de Guinea. Un hecho que ha relanzado las especulaciones sobre la salud del anciano Presidente y sobre la sucesión.
Su Excelencia, Mons. Vincent Coulibaly, Arzobispo de Conakry, celebró una Misa en ocasión del aniversario al que participaron numerosas personalidades del Estado. “En la homilía Mons. Coulibaly ha citado el capítulo 6 de Isaías sobre el Señor que espera que la viña de buenos frutos. Un modo para subrayar que en estos 50 años el pueblo guineano espera todavía una mejoría de las propias condiciones de vida y espera ardientemente un futuro mejor”, dice la fuente de Fides. “El Arzobispo de Conakry recordó asimismo el lema nacional, ‘trabajo, justicia y solidaridad’, así como el tema del próximo Sínodo de África, ‘justicia, reconciliación y paz’, pidiendo a todos de reflexionar sobre cuánto estos valores son respetados en el país”.
En 1958 la decisión del líder nacionalista y futuro primer Presidente de Guinea, Ahmed Sékou Touré, de rechazar el ingreso de su país a la “Communauté franco-africaine” (en la que habrían debido confluir las colonias africanas de París según cuanto previsto por la nueva Constitución francesa presentada por Charles De Gaulle) suscitó asombro en occidente y esperanza en otros países africanos. “Preferimos la pobreza en la libertad a la riqueza en la esclavitud”, dijo entonces el joven líder al Presidente francés. Después de Ghana (que llegó a ser independiente de Gran Bretaña en 1957), Guinea era el segundo país del África subsahariana que accedía a la independencia. El ejemplo de Guinea fue seguido dos años después, en 1960 (no por casualidad definido “el año de África”, por la mayor parte de las colonias franco-africanas que optaron por la independencia de París.
Pero la dependencia de los antiguos colonizadores continuó bajo otras formas: en la mayor parte de los Estados de nueva independencia el poder fue asumido por dictadores o los mismos padres de la independencia se convirtieron en padres-patrones de la nación, favoreciendo el despotismo, la corrupción y los intereses económicos de grupos financieros e industriales europeos. Guinea no fue una excepción. Después de haber sido elegido Presidente, Sékou Touré instaura un régimen de tipo totalitario, inspirado al de los países comunistas, que ha provocado la muerte de 50 mil personas y la fuga de cientos de miles de otras personas. Después de su muerte en 1984, el poder fue asumido por Lansana Conté. En el país existen ahora mayores espacios de libertad pero la crisis económica, causada por la corrupción y la malversación de los ricos recursos del país (bauxita, hierro, oro, uranio y un suelo fértil), ha hecho de Guinea uno de los Países más pobres del mundo. (L.M.) (Agencia Fides 3/10/2008 líneas 38 palabras 561)


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