AFRICA/COSTA DE MARFIL - Mientras han comenzado las operaciones de registro de los votantes para las elecciones de noviembre, sube la tensión por el amotinamiento de un grupo de militares

jueves, 2 octubre 2008

Abidján (Agencia Fides) – Noventa y un militares han sido expulsados del ejército de Costa de Marfil por amotinamiento. Lo ha anunciado con un comunicado el Estado Mayor del ejército marfileño precisando que otros trece militares se han dado a la fuga y “son buscados activamente”. El 27 de septiembre un grupo de soldados salió a las calles de la capital política, Yamoussoukro, y de la ciudad de Daoukro, al sur del país, organizando bloqueos en las calles y disparando al aire, para exigir los pagos atrasados de la indemnización de guerra. En Daoukro 5 civiles quedaron heridos por las explosiones.
Costa de Marfil se encuentra en una fase delicada porque a finales de noviembre deberían realizarse las tantas veces postergadas elecciones presidenciales que sellarían la conclusión de la gravísima crisis política estallada en el 2002 y que ha llevado a la división del país en dos partes: el sur en manos del gobierno reconocido y el noroeste en manos de los rebeldes de las Fuerzas Nuevas. En marzo del 2007, con la firma del acuerdo de Ouagadougou, mediado por Burkina Faso, el Presidente Gbabo y los líderes de las Fuerzas Nuevas pusieron las bases para la reunificación del país y el inicio de la reconciliación nacional.
Uno de los problemas más urgentes por afrontar es el desarme y la movilización de los combatientes de las diversas partes y su inserción en la sociedad civil o en las fuerzas armadas regulares. Además de las “Fuerzas Nuevas”, especialmente en el oeste, donde diversos grupos armados esperan la movilización y corren el riesgo de crear serios problemas a la seguridad de los habitantes del área, la región donde están concentradas las plantaciones de cacao, la riqueza tradicional del país.
Las mismas fuerzas de seguridad regulares no están sin embargo libres de tensiones. La fuerte sanción del Estado Mayor hacia los responsables del amotinamiento de fines de septiembre, que ha provocado asimismo graves daños materiales, tiene un precedente en la decisión del Ministerio del Interior de conminar la suspensión de 10 meses de las funciones y del sueldo a 322 agentes de policía, por huelga no justificada.
Desde hace pocos días, asimismo, ha comenzado el delicado proceso de registro de los electores y el país necesita tranquilidad, como ha subrayado Guillaume Soro, uno de los líderes de las Fuerzas Nuevas convertido en Primer Ministro después del acuerdo de Ouagadougou, quien ha invitado a los militares en revolución a la calma “para permitir al país salir de la crisis”. Un llamamiento que ha sido retomado por le comunicado del Estado Mayor del ejército que afirma “es el momento de la paz, de la preparación de las elecciones y de la reconstrucción del país. Por este motivo el Estado Mayor invita a todos los militares a renunciar al recurso a las armas con el fin de evitar a nuestro país un retraso en el desarrollo y un empeoramiento de las dificultades económicas que debe afrontar”. (L.M.) (2/10/2008 líneas 34 palabras 490)


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