AMERICA/MEXICO - Los Obispos de la Provincia de Durango denuncian la violencia, la inseguridad y el narcotráfico crecientes: “¡Que nadie se dé por vencido! ¡Que el mal no nos desaliente!”

viernes, 19 septiembre 2008

Durango (Agencia Fides) – “Hemos visto correr sangre a lo largo y ancho del país. Este dolor lo sufrimos en carne propia porque ha dañado a nuestro pueblo y a nuestras familias; ha atentado contra lo más sagrado que es la misma vida”, afirman los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Durango (Durango, Mazatlán, Torreón y El Salto) en un Mensaje emitido después de la Primera Reunión Provincial en el que denuncian especialmente el clima de violencia e inseguridad que se va extendiendo por la provincia y por todo el país.
“La violencia, la inseguridad, los secuestros y el narcotráfico – se lee en el Mensaje - son hechos que parece van adquiriendo carta de ciudadanía en la sociedad, con el riesgo de llegar a ser considerados como algo ordinario y normal, perdiendo la capacidad de asombro e indignación”. Además según denuncia las luchas que antes eran solo entre bandas del crimen organizado se han extendido por la sociedad civil. En concreto lamentan el reciente atentado realizado la noche del 15 de septiembre en la ciudad de Morelia, en donde se perdieron vidas inocentes, así como la ejecución de tres personas ampliamente conocidas en el estado de Durango noticia que han recibido precisamente mientras estaban reunidos.
Ante esta situación de aumento de la violencia, de extensión de la problemática de la droga, los Obispos muestran su gran preocupación pues esta afectando a las familias y el tejido social, especialmente en la Provincia de Durango al ser una zona “especialmente codiciada por las bandas del crimen organizado”, por su situación geográfica.
Entre las causas de este mal los Obispos señalan “la pobreza y marginación, la existencia de escandalosas desigualdades sociales y económicas, la corrupción y la impunidad, así como el abandono de los más pobres por parte de las distintas instituciones”, síntomas todos de “una descomposición social que se empezó a gestar hace ya mucho tiempo”.
Por todo ello, los Pastores de la Iglesia reciben con esperanza los 75 compromisos que forman parte del Acuerdo Nacional por la Seguridad, Justicia y Legalidad, resultado de la Reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, convocada por el Presidente de la República y realizada en la Ciudad de México con la participación de los Gobernadores de todos los estados de la república, así como de representantes de los Poderes Legislativo y Judicial y de Organizaciones Sociales. La Iglesia también asume su responsabilidad en estos acuerdos, recuerdan los Prelados.
Y al mismo tiempo realizan un llamamiento a todas las partes para que asuman también su parte. En primer lugar a todas las personas involucradas en la violencia y a quienes participan en actividades vinculadas con el narcotráfico y la violencia, les exhortan a “que se arrepientan y cambien de vida”. A las autoridades les exhortan a trabajar “para recuperar la tranquilidad y luchar contra la impunidad, la corrupción y contra todos los demás vicios que tocan de muerte a nuestra sociedad”
“¡Que nadie se dé por vencido! ¡Que el mal no nos desaliente! ¡Creemos que es más fuerte el amor que la muerte y que todo lo que ella provoca! Seamos hombres y mujeres buscadores y constructores de la Paz”, concluyen los Obispos su Mensaje. (RG) (Agencia Fides 19/9/2008)


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