AFRICA/GABÓN - La “Declaración de Libreville” para afrontar los graves problemas ambientales que provocan la muerte de más de 2,4 millones de personas, según la Organización Mundial para la Salud

martes, 2 septiembre 2008

Libreville (Agencia Fides)- “El continente africano es rico en recursos naturales y tiene una fuerte y potencial base de trabajadores para sostener una economía que florece. Sin embargo las riquezas naturales del continente no bastan, pues están seriamente comprometidas por una excesiva explotación, por la contaminación y por la mala administración”, afirma el documento preparatorio de la Primera Conferencia Interministerial sobre la salud y sobre el ambiente realizada en Libreville, capital de Gabón del 26 al 29 de agosto. A la Conferencia, organizada con el aporte de diversas agencias de la ONU, asistieron 80 ministros de la sanidad y del ambiente de 53 estados africanos, quienes discutieron sobre como los factores ambientales y sanitarios condicionan tanto la calidad de vida de los africanos como las posibilidades de desarrollo económico del continente.
Los datos presentados en la Conferencia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) son alarmantes: el 23% de los decesos anuales en África (2,4 millones de personas) se debe a “factores de riesgo ligados al deterioramiento del ambiente, con consecuencias particularmente graves para los más pobres y vulnerables”.
Además África se ha convertido en el “basurero” del mundo, donde naciones más desarrolladas descargan, sin consideración por el ambiente y la salud de las personas, los desechos altamente contaminadores derivados de la producción industrial y de los excesos del consumismo (basta pensar en las enormes cantidades de desechos relacionados a la electrónica de consumo: desde celulares hasta computadores personales).
Al final de los trabajos, los ministros africanos firmaron la “Declaración de Libreville”, un documento que será presentado en el próximo Vértice de Jefes de Estado y Gobierno de la Unión Africana. Tal documento compromete a los estados africanos a establecer “una alianza estratégica entre la sanidad y el ambiente”. Para no permitir que la “Declaración de Libreville” quede en el papel, es necesario, según los expertos, que los ministros de salud y del ambiente coordinen sus políticas con las de los responsables de los dicasterios de la agricultura, de la economía y de la habitación.
El continente africano padece además las consecuencias negativas del alto tenor de vida del mundo más desarrollado, como lo mostró la Conferencia sobre los cambios climáticos, desarrollada a finales de agosto en Accra, capital de Ghana. Participaron 1.600 delegados cuyos trabajos sirvieron a preparar la próxima Conferencia de las Partes de la Convención y del Protocolo de Kyoto (relativo a la reducción de las emisiones contaminadoras responsables del calentamiento global) que se tendrá en Potsdam (Polonia) en diciembre, para crear las bases para alcanzar el acuerdo final (que modificará la Convención de Kyoto que vence en el 2012) en Copenhague en el 2009. En la Conferencia de Accra salió a la luz el problema en financiar proyectos de desarrollo que tengan en cuenta el impacto ambiental. Solo para financiar la producción de energía eléctrica “verde” (o sea compatible con el ambiente) son necesarios 35mil millones de dólares al año. Los países en desarrollo tratan en consecuencia de insertar en el nuevo tratado, que sustituirá al de Kyoto, cláusulas que obliguen a los estados más ricos a ayudarlos a conjugar desarrollo y respeto por el ambiente. (L.M.) (Agencia Fides 2/9/2008 líneas 42 palabras 552)


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