ASIA/SRI LANKA - Dos modelos misioneros para la Iglesia en Sri Lanka: San Pablo y el Beato Joseph Vaz

jueves, 24 julio 2008

Colombo (Agencia Fides) - Dos eminentes figuras constituyen un punto de referencia y un modelo en la labor misionera de la Iglesia en Sri Lanka, en todos sus miembros, sacerdotes, religiosos y laico: San Pablo y el Beato Joseph Vaz (1656-1711), definido como el apóstol de Sri Lanka. Lo afirman los Obispos de ex Ceilán que, en el Año Paulino, proclamado por Benedicto XVI, han llamado la atención de los fieles sobre los dos personajes que pueden inspirar y dar un nuevo impulso a la evangelización de la isla, en una fase de conflicto, sufrimiento, y también resignación del pueblo ceilandés.
En un mensaje difundido en todas las parroquias con ocasión del Año de San Pablo, la Conferencia Episcopal ha recordado y ha acercado las dos figuras: uno por su valor universal, la otra por su empeño particular que dio vida a la comunidad católica en Sri Lanka.
En efecto el P. Joseph Vaz, sacerdote de origen indiano, llegó a Sri Lanka disfrazado de jornalero, vivió como un mendigo y prestó sus servicios a la Iglesia en secreto: la práctica del catolicismo estaba prohibida, pero Joseph, exponiéndose a numerosos peligros, ayudó a todas las personas que encontraba en dificultad, atendía a las víctimas de la viruela, servía al prójimo en nombre de Cristo, anunciando el Evangelio a los enfermos y a los pobres, manteniendo viva la llama de la fe en la isla.
El P. Joseph ha sido reconocido por la Iglesia como el que permitió el renacimiento del cristianismo en la isla y es considerado como el "fundador" de la Iglesia ceilandesa. Debido a su esfuerzo misionero, el Papa Juan Pablo II lo definió al Beato Joseph en el momento de su Beatificación - ocurrida en 1995 durante el viaje apostólico a Filipinas, Papua Nueva Guinea, Australia y Sri Lanka, con motivo de la X Jornada Mundial de la Juventud – como "el Santo Pablo de Sri Lanka".
La Iglesia de Sri Lanka inició en enero de 2008 el trienio de preparación al tercer centenario de la muerte, que se celebrará en enero de 2011. "Sea San Pablo, sea el Beato Joseph Vaz anunciaron con celo la palabra de Dios, sin importarle las amenazas y las persecuciones: Pablo se sacrificó hasta el martirio, mientras la vida del Beato fue un martirio continuo", han escrito los Obispos, invitando a los fieles a "imitar, estudiar y seguir estas dos grandes figuras de hombres de Dios", en encuentros y seminarios organizados a nivel diocesano, en escuelas, parroquias, movimientos y asociaciones.
Los Obispos han hecho propias las palabras de Juan Pablo II: "Padre Vaz fue un hijo de Asia que se convirtió en un misionero en Asia. La Iglesia necesita hoy más que nunca misioneros como este", recordando a todos el mandamiento de Dios de proclamar "un reino de verdad y de vida, un reino de santidad y de gracia, un reino de justicia, amor y paz", para poner fin definitivamente a la trágica violencia que atraviesa el país. (PA) (Agencia Fides 24/7/2008)


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