VATICANO - LAS PALABRAS DE LA DOCTRINA por don Nicola Bux y don Salvatore Vitiello - Pío XII y la doctrina católica: si no se sabe promover y defender, no se puede difundir

jueves, 19 junio 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Se acerca el Cincuentenario del tránsito del grande Papa Pío XII, ocurrido en Castelgandolfo el 9 de octubre de 1958. La Iglesia católica debe a él no menos que al Papa Juan XXIII. “Aquello que continúa siendo en gran parte desconocido – afirmó el Rector de la Universidad Lateranense, Mons. Rino Fisichella, presentando el Congreso y la Exposición que se realizarán en otoño en el Vaticano – es el influjo que Pío XII tuvo sobre el Concilio Vaticano II. Su enseñanza profunda y de largas miras se verifica en la secuencias de las 43 Encíclicas que marcaron su Pontificado y en los numerosísimos discursos con los que afrontó los temas más controversiales de la época”.
Los rasgos de este magisterio son la promoción y la defensa de la doctrina, la individuación de los errores. En efecto, aquello que no se sabe defender no se puede difundir. A alguien le podrá sonar triunfalista: el hecho es que la ambigüedad y la confusión crecen allí donde no se puede distinguir lo verdadero de lo falso.
Como pudo demostrar el historiador jesuita P. Peter Gumpel, si se miran las minutas de las discusiones de los Padres Conciliares su nombre es citado en más de 1500 intervenciones. En las notas de los documentos conciliares Pío XII es citado más de 200 veces. Es la citación más recurrente, después de la Sagrada Escritura.
El reconocimiento unánime de las virtudes heroicas del Siervo de Dios por parte de la Congregación para la Causa de los Santos, el 8 de mayo de 2007, espera ser sancionada por Su Santidad Benedicto XVI. Será un señal elocuente para la correcta hermenéutica del Concilio Vaticano II. En efecto, según algunos, existiría una línea de discontinuidad entre la Iglesia preconciliar y la sucesiva al Concilio, pero han caído en contradicción: por un lado lo han definido como el “nuevo inicio” de la Iglesia, por otro lado lo han reducido a “Concilio general de la Iglesia católica romana”, incluyéndolo entre los otros medievales y modernos (desde el Constantinopolitano IV hasta el Vaticano I) arbitrariamente considerados no ecuménicos como los primeros siete (cf. la intervención de W.Brandmuller, Quando un Concilio è davvero ecumenico? en Avvenire del 13 de julio de 2004, p. 24).
Aquellos que privilegian esta interpretación tienden a contraponer a Pío XII a Juan XXIII, olvidando entre otras cosas el gran reconocimiento que este último hizo de su Predecesor en la oración fúnebre y en la primera encíclica Ad Petri Cathedram definiéndolo “Doctor optimus, Ecclesiae sanctae lumen, divinae legis admonitor”. Son los tres títulos que una antífona litúrgica del Misal Romano confiere a los doctores de la Iglesia.
En realidad, como ha recordado el Papa Benedicto XVI en el discurso a la Curia Romana del 22 de diciembre de 2005, no existe una discontinuidad entre la historia de la Iglesia, sino un proceso lineal. El Papa Pío XII anticipó y preparó el Concilio. Basta pensar solamente a la reforma litúrgica iniciada por él con la encíclica Mediator Dei o a la encíclica Divino afflante Spiritu sobre el estudio de la Sagrada Escritura. El Concilio llevó por lo tanto a su conclusión lo que había sido iniciado bajo su Pontificado. No existe una “contraposición” entre Pío XII y Juan XXIII, como quiso indicar el Papa Pablo VI iniciando al mismo tiempo la causa de Beatificación de sus dos predecesores.
Recordamos finalmente que Pío XII luchó contra las ideologías y las dictaduras de su tiempo, permaneciendo en Roma cuando todas las demás autoridades huyeron. El lema de su pontificado “opus iustitiae pax” sintetiza el sacrificio de su vida por la paz, a través de la promoción de la justicia hacia los más discriminados, consumado con humildad y prudencia. Los fieles y ciudadanos de Roma lo esculpieron en su memoria definiéndolo Defensor Civitatis como lo atestigua la placa en la plaza a él titulada, frente a San Pedro. (Agencia Fides 19/06/2008; líneas 44 palabras 650)


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