AFRICA - JORNADA DE LA VIDA CONSAGRADA - TESTIMONIO DE SOR MARINA, 20 AÑOS JUNTO A LA MUJER AFRICANA AYUDÁNDOLA A QUE TOME CONCIENCIA DE SU DIGNIDAD Y SEA RECONOCIDO SU PAPEL SOCIAL

lunes, 2 febrero 2004

Roma (Agencia Fides) – Sor Marina Martínez González, misionera española, pertenece a las Carmelitas Misioneras Teresianas. Ha pasado mas de veinte años trabajando en diversos países de África (República Democrática del Congo, en Kenia, en Madagascar y Ruanda) sobre todo en el campo de la promoción de la mujer, con el fin de que esta tome conciencia de su dignidad. Según la religiosa contactada por la Agencia Fides, la mujer africana tiene algunas características fundamentales: “Fortaleza en el sufrimiento. Es una mujer muy sufrida. Normalmente no se queja aun cuando tenga que sufrir mucho. Demuestra además una gran capacidad de trabajo, trabajando de sol a sol en el campo. Por último es el eje de la familia. Ella es la que hace los trabajos más duros en el campo, la que cultiva para sacar adelante a sus hijos porque ella es la que se encarga de su alimentación, educación, vestido...Después que termina la labor en el campo busca leña y cocina para toda la familia. Pero vive marginada. Para ella su ley es trabajar y dar hijos pero no tiene voz, no tiene ningún derecho. A veces van y vienen por los caminos con unas cargas impresionantes sobre sus espaldas, con un niño encima de ella y otro cargado delante y el marido a su lado sin nada. En este sentido queda pues mucho por hacer todavía y las misioneras tenemos un papel muy importante. Sobre todo para hacerles recobrar su dignidad y hacerles ver que son hijas de Dios”.
Entre los puntos fundamentales para asegurar una autentica promoción de la mujer en África, Sor Marina pone en el primer puesto la toma de conciencia de la propia dignidad como persona. “Muchas veces la mujer es considerada como una máquina, no como persona incluso por ellas mismas. No tiene los mismos derechos que los hombres: no pueden expresar su opinión normalmente. Tienen necesidad de que alguien les escuche. Hay también un gran problema de alcoholismo incluso entre las mujeres por búsqueda de un refugio. Pero es mayor entre los hombres y las consecuencias es la violencia familiar principalmente contra la mujer”. Es necesario además realizar una obra de alfabetización porque el nivel cultural de la mujer es todavía muy bajo, y ofrecerles enseñanza referentes a educación familiar (higiene, alimentación, matrimonio, economía familiar ...)
Sor Marina concluye su testimonio recordando que en esta delicada operación de promoción humana, ella y otras religiosas no se han sentido nunca rechazadas: “En general la mujer misionera es muy bien aceptada porque nos consideran personas de Dios y tienen una gran confianza con nosotras. Por ejemplo, cuando ganan dinero como ellos saben que no tienen sentido del ahorro y enseguida lo malgastan, nos lo confiaban a nosotras para que lo guardásemos. Muchas veces también venían para hacernos confidencias y consultarnos todo. Para ellos, la Iglesia es un punto de referencia y el mayor servicio de evangelización que podemos ofrecer es el del ejemplo, con nuestra coherencia de vida y nuestro testimonio de amor”. (SL) (Agencia Fides 2/2/2004 Líneas: 37 Palabras: 528)


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