AFRICA/SIERRA LEONA - “La Iglesia tiene la tarea de plasmar las conciencias, de sensibilizar, de preparar nuevos líderes, para que mañana sea posible una vida mejor y nazca una nueva Sierra Leona”, dice a Fides un misionero

miércoles, 11 junio 2008

Freetown (Agencia Fides) – “Para la mayoría de los habitantes de Sierra Leona se hace imposible llegar al final del año. La crisis mundial de la agricultura y el aumento continuo del precio de carburantes está poniendo de rodillas a esta nación, afectando mucho más fuertemente a los más pobres, que son la mayor parte de Sierra Leona”, afirma el P. Gerardo Caglioni, Misionero Javeriano autor de profundos estudios sobre la historia de Sierra Leona donde ha transcurrido muchos años, quien ha enviado a la Agencia Fides algunas consideraciones sobre las perspectivas del país africano.
“Han sido defraudadas las esperanzas suscitadas por la elección del nuevo Presidente Ernest Bai Koroma, que justamente por haber prometido una nueva época y un cambio de las cosas que iban mal, obtuvo una victoria significativa y rica en expectativas. En esos tiempos, hablaba de una esperanza que no debía ni podía ser defraudada.
Los meses han pasado y las cosas no han cambiado en absoluto, es más, con la presente coyuntura mundial las cosas empeoran cada vez más y la gente, que el año pasado lograba llegar al final del año en uno u otro modo, hoy ya no lo logra. La situación está peor que antes. Neville, Presidente de la Asociación de Periodistas de Sierra Leona, hace algunos días gritó: “La ilegalidad se difunde por todos lados, la ciudad está sucia y los precios demasiado altos. Queremos que el Gobierno se mueva por el bien de todos”.
Me pregunto que puede hacer este gobierno – o cualquier otro gobierno en su lugar – para cambiar una situación tan desastrosa, en un país donde la ilegalidad es soberana y la astucia – no la justicia – es la dueña de todo. ¿Es posible cambiar una situación, que en vez de mejorar con el pasar del tiempo, empeora cada vez más?
Ante estas preguntas desgarradoras y ante la presente situación que no ve una solución a corto plazo, me pregunto que se puede hacer por Sierra Leona.
Miro entonces con esperanza a la joven Iglesia de Sierra Leona, y al papel que puede jugar en el desarrollo de una nueva conciencia y por lo tanto de una nueva vida en el país. Aceptando el hecho de que un cambio no es posible a corto plazo, que la solución a tantos problemas no se encuentra a la vuelta de la esquina, y que es necesario involucrar a todo nivel de la sociedad para un posible cambio efectivo, creo que el papel de la Iglesia en Sierra Leona es el de plasmar las conciencias, de sensibilizar, de preparar nuevos líderes, para que mañana sea posible una vida mejor y nazca una nueva Sierra Leona.
Si la Iglesia puede hacer poco materialmente en la plasmación de la vida pública de Sierra Leona, tiene ciertamente un patrimonio moral (Pablo VI había declarado a las Naciones Unidas que la Iglesia es experta en humanidad) para proponer y transmitir a este pueblo probado por la historia y por adversas condiciones políticas, que lo colocan en el último nivel de desarrollo de los pueblos de la tierra.
Un trabajo quizás largo y no siempre reconocido, pero que el nuevo Arzobispo de Freetown y Bo, Mons. Edward Tamba Charles, que ha tomado posesión el pasado 14 de mayo, y sus colaboradores podrán ciertamente ofrecer a Sierra Leona por un futuro mejor y más sereno de los habitantes de este país.
Junto a la joven Iglesia local es necesaria la presencia de los hermanos cristianos del primer mundo. Debemos ponernos a su lado y acompañarlos en el difícil camino que están recorriendo, hasta que puedan caminar solos, con sus propias fuerzas. No podemos abandonarlos, debemos ser solidarios con ellos porque se encuentran en necesidad. Esto lo leemos en la Escritura, en el libro de los Hechos de los Apóstoles”. (L.M.) (Agencia Fides 11/6/2008 líneas 44 palabras 643)


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