VATICANO - El Papa a la Pontificia Academia Eclesiástica: “Además de la necesaria y debida preparación jurídica, teológica y diplomática, lo que más cuenta es que vuestra vida y vuestra actividad estén marcadas por un amor fiel a Cristo y a la Iglesia”

martes, 10 junio 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “El ministerio apostólico y diplomático a servicio de la Santa Sede, que realizaréis en el lugar a donde seréis enviados, exige capacidades que no se pueden improvisar: atesorad por lo tanto este período de vuestra formación para estar después en grado de afrontar en modo adecuado toda situación”. Es la recomendación del Santo Padre Benedicto XVI a los alumnos de la Comunidad de la Pontificia Academia Eclesiástica, recibidos en audiencia el 9 de junio. El Papa prosiguió: “En vuestro trabajo cotidiano estaréis en contacto con realidades eclesiales que debéis comprender y apoyar; viviréis frecuentemente lejos de vuestra tierra de origen en países que aprenderéis a conocer y amar: deberéis acercaros al mundo de la diplomacia bilateral y multilateral, y estar dispuestos a ofrecer no sólo el porte de vuestra experiencia diplomática, sino también, sobre todo, vuestro testimonio sacerdotal. Por esto, además de la necesaria y debida preparación jurídica, teológica y diplomática, lo que más cuenta es que vuestra vida y vuestra actividad estén marcadas por un amor fiel a Cristo y a la Iglesia, que suscite en vosotros una acogedora premura pastoral hacia todos”.
En su discurso el Santo Padre recordó que “es la unidad con Jesús el secreto del auténtico éxito del ministerio de todo sacerdote”, y la comunión con Él “asegurará la serenidad y la paz también en los momentos más complejos y difíciles”. La tarea de los sacerdotes de la Pontificia Academia Eclesiástica será la de proclamar con su modo de vivir, antes incluso que con las palabras, “el anuncio gozoso y consolador del Evangelio del amor en ambientes a veces muy lejanos de la experiencia cristiana”. Por esto el Papa los exhortó a hacerse cada día “oyentes dóciles de la Palabra de Dios”, a anunciar la Verdad que es Cristo. “La oración, la meditación y la escucha de la Palabra de Dios – continuó el Papa – sean para vosotros el pan cotidiano. Si crecerá en vosotros la comunión con Jesús, si viviréis de Él y no sólo para Él, irradiaréis su amor y su alegría alrededor de vosotros… Junto a la escucha cotidiana de la Palabra de Dios, la Celebración de la Eucaristía sea el corazón y el centro de cada una de vuestras jornadas y de todo vuestro ministerio”.
Finalmente el Santo Padre recordó que “el sacerdote, como todo bautizado, vive de la comunión eucarística con el Señor”, e invitó asimismo a los sacerdotes de la Pontificia Academia Eclesiástica a hacer de la Eucaristía “escuela de vida… el sacrificio de Jesús en la Cruz os enseñe a hacer de vosotros mismos un total don a los hermanos. El Representante pontificio, en el desarrollo de su misión, está llamado a ofrecer este testimonio de acogida hacia el prójimo, fruto de una unión constante con Cristo”.(S.L.) (Agencia Fides 10/6/2008; líneas 30 palabras 465)


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