VATICANO - El Papa a la Acción Católica Italiana: "Vivid siempre a la altura de vuestro Bautismo, para la salvación de todos los hombres que os encontréis y de un mundo sediento de paz y verdad"

lunes, 5 mayo 2008

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "En una Iglesia misionera, ante una emergencia educativa como la que se da hoy en Italia, vosotros que la amáis y la servís, aprended a ser anunciadores incansables y educadores preparados y generosos; en una Iglesia sometida a pruebas incluso muy exigentes de fidelidad y tentada de adaptarse, sed testigos valientes y profetas de radicalidad evangélica; en una Iglesia que diariamente se enfrenta con la mentalidad relativista, hedonística y consumista, ampliad los espacios de la racionalidad bajo el signo de una fe amiga de la inteligencia, sea en el ámbito de una cultura popular y difusa, sea en el de una búsqueda más elaborada y reflexiva; en una Iglesia que llama al heroísmo de la santidad, responded sin temor, confiando siempre en la misericordia de Dios”. Son las "consignas" que el Santo Padre Benedicto XVI ha confiado a la Acción Católica Italiana, a la que se ha dirigido el domingo 4 de mayo, después del rezo del Regina Caeli. Los miles de miembros de la Acción Católica italiana, que llenaban toda la Plaza de San Pedro, habían participado, antes del encuentro con el Papa, en la Concelebración Eucarística presidida por el Card. Angelo Bagnasco, Presidente de la Conferencia Episcopal italiana, en la solemnidad de los 140 años de fundación de la Asociación.
Mirando los rostros de los numerosos santos, beatos, venerables y siervos de Dios que han crecido en las filas de la Acción Católica, cuyos retratos fueron colocados a lo largo de la columnata de la Plaza de San Pedro, el Papa ha recordado que ellos representan para la Acción Católica "el más auténtico carné de identidad", y ha exhortado a chicos, jóvenes y adultos, a hacer de su vida "un testimonio de comunión con el Señor, que se transforme en una auténtica obra maestra de santidad". "Esto ciertamente será posible - ha continuado el Santo Padre - si la Acción Católica continúa manteniéndose fiel a las propias profundas raíces de fe, nutridas por una adhesión plena a la Palabra de Dios, un amor incondicional a la Iglesia, una participación atenta a la vida civil y un constante empeño formativo. ¡Queridos amigos, responded con generosidad a esta llamada a la santidad, según las formas más conformes con vuestra condición laical! Continuad dejándoos inspirar por las tres grandes ‘consignas' que os confío mi venerado predecesor, el Siervo de Dios Juan Pablo II, en Loreto en el 2004: contemplación, comunión y misión”.
Benedicto XVI ha recordado después la validez, también en nuestros días, de la vocación que caracteriza la Acción Católica, exhortando a sus miembros a "continuar con generosidad" en el servicio a la Iglesia, "en espíritu de íntima unión con el Sucesor de Pedro y laboriosa corresponsabilidad con los Pastores", encarnando así "un ministerio en equilibrio fecundo entre Iglesia universal e Iglesia local", que llama a contribuir continuamente a la comunión. "Iluminados y sustentados por la acción del Espíritu Santo y constantemente arraigados en el camino de la Iglesia - ha continuado el Papa -, debéis buscar con valentía la síntesis siempre nueva entre el anuncio de la salvación de Cristo al hombre de nuestro tiempo y la promoción del bien integral de la persona y de toda la familia humana”.
Después de haber subrayado que Italia siempre ha podido contar con hombres y mujeres, formados en la Acción Católica, "dispuestos a servir desinteresadamente la causa del bien común, para la edificación de un justo orden de la sociedad y del Estado", Benedicto XVI ha concluido su discurso dirigiéndose con estas palabras a los miembros de la Acción Católica: "Vivid siempre a la altura de vuestro Bautismo, que os ha sumergido en la muerte y resurrección de Jesús, para la salvación de todos los hombres con los que os encontréis y de un mundo sediento de paz y verdad… Intensificad la oración, amoldad vuestra conducta según los eternos valores del Evangelio, dejándoos conducir por la Virgen Maria, Madre de la Iglesia. El Papa os acompaña con un constante recuerdo al Señor". (S.L) (Agencia Fides 5/5/2008; Líneas. 48 Palabras: 703)


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