ASIA/COREA DEL SUR - La mujer, protagonista en la pastoral de la Iglesia

miércoles, 30 abril 2008

Seúl (Agencia Fides) - Las mujeres tienen que ser cada vez más protagonistas en la pastoral de la Iglesia, que tiene la tarea de valorizar el carisma femenino y los recursos humanos existentes en la comunidad. Lo afirma la Comisión para el Laicado de la Conferencia Episcopal de Corea que ha tenido recientemente un seminario dedicado al tema “¿Cómo utilizar las capacidades de las mujeres en la comunidad eclesial?”
La Comisión, que tiene al interno un grupo de trabajo específico dedicado a la presencia de las mujeres en el servicio pastoral, ha resaltado que este tema, que ha sido discutido ya en el pasado, no puede olvidarse o dejarse de lado, ya que con frecuencia se asiste a una marginación de las mujeres de los procesos que conducen a la toma de decisiones en las diversas comunidades eclesiales.
El seminario ha puesto de relieve el hecho de que muchas mujeres altamente calificadas desean tener la oportunidad de servir a la Madre Iglesia, pero frecuentemente tienen pocas posibilidades de hacerlo.
Numerosas mujeres se reunieron en Corea en la asociación “Catholic Women’s Organization of Korea” que promueve la presencia y la formación de las mujeres en los diversos sectores de la pastoral: catequético, litúrgico, caritativo. El movimiento alza su voz para reafirmar su compromiso de defender la vida y asegurar el esfuerzo de todas las mujeres en favor de decisiones que fortalezcan el respeto por la vida y la dignidad humana.
A través de una difusión capilar en las diócesis coreanas, el movimiento reúne a mujeres católicas, poniendo su atención especialmente en la necesidad de promover la “cultura de la vida” en la sociedad coreana, sobretodo frente a los nuevos avances en materia bioética.
El movimiento se esfuerza por dar valor al “genio femenino”, así como al carisma específico de la mujer en la Iglesia coreana. Fuente de inspiración y punto de referencia es en ese sentido el documento “Mulieris dignitatem”, Carta Apostólica publicada en 1998 por el Papa Juan Pablo II, que subraya el rol de la mujer en la Iglesia. La finalidad es no sólo aceptar y apreciar a las mujeres, sino dejar que su carisma y su contribución específica se expresen más en la vida y la sociedad toda. Es necesario aumentar las posibilidades para una participación más amplia de las mujeres en la vida y en la misión de la Iglesia en Corea. (PA) (Agencia Fides 30/4/2008; líneas 30, palabras 414)


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