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Islamabad (Agencia Fides) - Ha sido acogida con entusiasmo en la Iglesia católica y en la sociedad civil de Pakistán la ratificación, anunciada por el gobierno pakistaní, de algunos Tratados y Convenciones de las Naciones Unidas: la Convención contra la tortura y el maltrato deshumano de los detenidos así como la Convención sobre el respeto de los Derechos económicos, sociales y culturales.
El Arzobispo de Latore, Mons. Lawrence Saldanha, Presidente de la Conferencia Episcopal y responsable de la “Comisión Justicia y Paz”, afirmó en un comunicado, firmado y apoyado también por otras ONG’s, que la Iglesia “sostendrá toda iniciativa seria para mejorar el standard de los derechos humanos en el país”, y que la sociedad entera civil pakistaní será siempre un “perro guardián” del gobierno en este campo. Y, si bien el gobierno ha acogido las Convenciones ONU y ello representa un avance en relación al pasado, “el auténtico test estará en la aplicación de los derechos mismos”.
Es por ello que el documento recomienda: “Una política de los derechos humanos en el país que refleje un esfuerzo por reforzar los derechos constitucionales zanjados por la ley; un mecanismo para monitorear el respeto efectivo a estos derechos; la institución de una Autoridad Nacional para los Derechos humanos que sea imparcial y confiable, con poder investigativo en relación a las violaciones a los derechos y capaz de proponer soluciones; un paquete de reformas constitucionales para eliminar todas las discriminaciones y asegurar el pluralismo y la igualdad de oportunidades en la sociedad”.
La Comisión “Justicia y Paz” de la Conferencia Episcopal, ha establecido una colaboración con la “Comisión Democrática para el Desarrollo Humano” y otras ONG, para iniciativas de sensibilización sobre temas del respeto a los derechos humanos de todos y cada uno de los ciudadanos pakistaníes. Recientemente dirigió al gobierno un llamado a la reforma (ver Fides 7/4/2008). Es de notar que en el último tiempo, por lo demás complejo, de la historia de Pakistán, no ha cejado en su defensa de la democracia, la libertad y los derechos humanos. Uno de los temas claves es la tutela de la libertad religiosa en todo el país, especialmente en las áreas periféricas. La acción de grupos extremistas está poniendo en riesgo el normal desenvolvimiento democrático de la vida social y el respeto de los derechos elementales de las personas. Son sobretodo las minorías religiosas, entre ellas la comunidad cristiana, las que sufren un clima de intimidación y hostilidad. En particular, en el noroeste de Pakistán los fieles son objeto de continuas violencias y amenazas, corriendo peligro permanentemente, atacados por grupos terroristas que pueblan el área. La Comisión ha recogido y difundido los testimonios y pedidos de ayuda de las comunidades de fieles en la Provincia de la Frontera del Noroeste, donde actúan sin ningún tipo de freno grupos radicales islámicos. (PA) (Agencia Fides 24/4/2008; líneas, palabras)
