ASIA/FILIPINAS - “La paz es posible en las Filipinas del Sur”: la voz de un misionero

jueves, 21 febrero 2008

Jolo (Agencia Fides) - Luego del asesinato de un hermano, hablar de paz y de reconciliación puede parecer difícil. Pero en las Filipinas del Sur los misioneros continúan anunciando y predicando el Evangelio del amor y de la misericordia, incluso en las situaciones más complicadas y violentas. El p. José Ante, misionero de los Oblatos de María Inmaculada, en un mensaje enviado a Fides, lanzó un fuerte llamado a la pacificación de la isla de Jolo y en las Sulu, luego de la muerte del p. Reynaldo Roda, asesinado en el archipiélago de Tawi-tawi (ver Fides 16/1/2008).
El padre Ante ha vivido en Jolo por varios años y conoce bien el humus social, cultural y religioso. Sus palabras sobre el diálogo y la reconciliación tienen una real eficacia sobre toda la población: “Nuestro sueño para Jolo es la no-violencia, de manera que cada uno pueda adorar a Dios en espíritu y verdad. Pienso en la descripción del profeta Isaías: los pueblos y las naciones ‘de las espadas forjarán arados, de las lanzas podaderas; no alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra’ (Is 2,4-5)”. Pero antes que nada, nota el misionero, “es necesario dar el paso de hacer que Dios sea Señor de la propia vida; luego es también importante tender puentes entre personas de diversa fe, entre ricos y pobres, entre el gobierno y la sociedad civil, entre los rebeldes y el ejército. En otras palabras, iniciar el diálogo y proseguir por el camino del reacercamiento. Solo con un trabajo constante en ese sentido, la paz puede volverse una realidad”.
Se trata de un esfuerzo que une a la comunidad cristiana y musulmana: “He visto a un grupo de personas tausug (etnia local de religión musulmana) -prosigue el p. Ante- empresarios con éxito y profesionales, que han elegido trabajar por el desarrollo y el progreso de la población en las islas Sulu. Es un buen signo. Desean construir una sociedad pacífica en la que a ninguno falten los bienes de primera necesidad, ni tampoco la instrucción la asistencia sanitaria, la corriente eléctrica, la posibilidad de expresar la propia cultura y religión”. Según el p. Ante, es fundamental alentar iniciativas de este tipo: “Junto con la comunidad religiosa, pueden ser el factor determinante y significativo para construir una sociedad pacífica y armoniosa”.
En este proceso los Oblatos de María Inmaculada contribuyen con una presencia concreta en las islas Sulu desde hace más de 70 años, evangelizando y trabajando por el bien de la población local. Los misioneros dirigen escuelas e institutos de instrucción, centros de asistencia médica y social, y otros centros de formación profesional. (PA) (Agencia Fides 21/2/2008; líneas 30, palabras 453)


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